BAÑOBÁREZ | Uno de los novillos chocó contra el vallado junto a las puertas de la plaza, aunque todo quedó en un buen susto
La emoción se mantuvo hasta el final en el segundo encierro a caballo de las fiestas de Bañobárez. Como el día anterior, la zona de la entrada al coso bañobarense estuvo salpicada intensidad, en este caso justo a las puertas de la plaza, donde el recorrido se frena de golpe y obliga a reses y corredores a realizar un giro de casi 90 grados para entrar al ruedo.
Hasta ahí la carrera discurrió sin incidencias, una docena de caballistas y seis mansos guiaron los cuatro novillos de Andrés Celestino García sin problemas hasta la plaza. La manada se mantuvo agrupada en todo momento y encabezada por dos erales, uno de ellos protagonista del lance de la jornada al querer frenar para entrar al ruedo, lo que le llevó a perder las manos y a chocar con el cuerpo contra la valla, obligando a varios aficionados a realizar una pirueta arriesgada, poco ortodoxa pero necesaria para salir del lance.
Ya en el coso, tres de los novillos entraron con otros tantos mansos en los corrales sin prodigarse demasiado en embestidas. Sobre el ruedo quedaron uno de los erales y tres mansos, aunque una vez enchiquerados los primeros, no tardaron en entrar a corrales para proceder inmediatamente después al desencierro de los bueyes.
Por tanto, rápido y limpio este segundo encierro de las fiestas en honor al Cristo de la Salud, celebraciones que llegan este domingo a su fin con la procesión hasta la ermita del Cristo y el ofertorio, para continuar con la lidia de dos novillos a cargo del alumno de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, Fran Colmenero, y una exhibición de recortes con el grupo Arte Charro como protagonista.
REP. GRÁFICO: M. I. SÁNCHEZ GRANDE Y M. CORRAL