Se inicia el curso con la desaparición en la zona de dos centros escolares

Ayer se iniciaron las clases del curso 2014/2015. Este comienzo de año académico ha llegado marcado por la desaparición de los centros escolares de Palaciosrubios y Villaflores. En ambas poblaciones es la primera vez en que se deja de impartir clases en sus escuelas. A partir de ahora, los niños y niñas en edad escolar, acuden a Cantalapiedra al colegio comarcal. La medida ha sido fruto de un consenso entre las madres de los alumnos con los profesores. En palabras de Raquel Inés Jiménez Rodríguez, directora del Colegio Rural Agrupado Campopetre, se trata de un cese de funcionamiento, en principio por este año. Los centros de Palaciosrubios y Villaflores podrían volverse a abrir al año que viene si vinieran más alumnos, algo poco probable en ninguno de los dos casos, sí se tiene en cuenta los niños menores de tres años que hay en ambos pueblos.

En la actualidad el Colegio Rural Agrupado Campopetre agrupa a las localidades de Cantalapiedra, Villaflores, Palaciosrubios, Tarazona de Guareña y Poveda de las Cintas. El centro escolar de Tarazona de Guareña permanece en funcionamiento con un tutor y nueve alumnos que comparten aula. En el de Cantalapiedra, un total de siete profesores más dos compartidos con Cantalpino imparten clases para 64 alumnos. Aunque hay nueve cursos, la docencia se imparte en seis aulas, lo que quiere decir que hay niveles en los que se comparte aula. En Poveda de las Cintas ya hace tiempo que se cerró el centro definitivamente.

Todos los alumnos de Poveda de las Cintas, Villaflores y Palaciosrubios tienen becado al 100% el autobús y el comedor escolar.

La añoranza por parte de los pueblos que pierden las escuelas es más que evidente entre las gentes de la localidad. La tristeza de esta pérdida marca significativamente estos días de inicio de curso en que se dejarán de ver a los niños jugando durante el recreo en los patios de los colegios de Villaflores y Palaciosrubios. En cierto modo es la mejor opción para los niños, pero no deja de ser un síntoma más de la despoblación del medio rural en Castilla y León.

Jorge Holguera

LAS VILLAS AL DÍA