Cierre del Colegio Santo Tomas Cantuariense

Hoy es un día muy triste. Una Real Orden del 10 de septiembre de 1780 determina la desaparición del colegio que con tanto esfuerzo e ilusión fundé mediante una bula otorgada por S.S. Julio II, que nos permitía disponer de 1.500 ducados de renta, allá por 1510, si bien no se ocupó por colegiales hasta mi muerte en 1516, a pesar de que los historiadores no se ponen muy de acuerdo con el año de mi fallecimiento.

Lamento no haberme presentado, querido lector, soy Diego de Velasco, familiar de los Condestables de Castilla, Obispo de Calípoli, una hermosa ciudad en el tacón de la bota de Italia, y obispo electo de Ávila, y estoy enterrado bajo un arcosolio donde me cubre una estatua yacente, situada en la iglesia de Santo Tomas Cantuariense, olvidado por casi todos y eso a pesar de que la fundación del colegio la hice para la formación de estudiantes clérigos, de forma que no se admitían más que colegiales ordenados, presbíteros y con una renta inferior a 10.000 maravedíes anuales, con el tiempo se aumentó a 25.000 maravedíes y por último a 150.000; pero también con la intención de que de mí hobiese perpétua memoria. Utilicé como sede una casa que poseía en la actual calle del Rosario, frente a la Iglesia de Santo Tomás Cantuariense, donde aún puede verse el escudo de mis armas, muy deteriorado y tapado en su mitad por una casa que se construyó adosada a la mía, cuando desaparecieron las murallas de la ciudad.

La mayoría de los colegiales eran de Castilla y de León, a pesar de intentar que lo fueran de todo el Regno Hispaniae y que ninguna diócesis tuviese más de un becario a la vez; se consiguió, sin embargo, que la mayoría fuesen colegiales de las clases medias de la sociedad.

Nunca fue este colegio de los de primer rango, como lo eran San Pelayo o Santa María de los Ángeles y por ello en el siglo XVII pasó una situación económica muy grave influida, sin duda, por la mala situación por la que pasaba España que hicieron devaluar las rentas con que manteníamos el colegio. Tuvimos que tomar censo y seguir pleito con el Obispo de Zamora sobre los diezmos de Villafranca por valor de 200 ducados y, más tarde, por 220. Cuantioso fue el pleito, pues primero debimos acudir a la Chancillería de Valladolid y después a la Audiencia Escolástica de la Universidad de Salamanca; al menos, el pleito se resolvió a nuestro favor.

No obstante, y a pesar de las rentas del beneficio de Villafranca de Duero y de varias posesiones en Frades, hubo que solicitar juros y censos que nos avocaron a enormes deudas, lo que implicó, para poder continuar existiendo, la fusión en el año 1648, con el colegio Santa María de Burgos que el pueblo llama también Santa María de los Escuderos.

El Colegio de Santa María de Burgos fue fundado por el canónigo de nuestra iglesia don Juan de Burgos, de cuyo apellido tomó su nombre, mediante una bula de León X, y se instaló en la calle de Los Escuderos, por lo que fue conocido también por Colegio de Santa María de los Escuderos. Dicha calle conforma el último tramo de la actual calle de San Pablo, y el Colegio estaba situado frente a la cuesta que conducía al Seminario de Carvajal, hoy Cuesta de Carvajal.

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Otros acontecimientos ocurridos un 10 de septiembre

1449.- La Universidad adquiere una casa al Cabildo de Salamanca, ante el notario Pedro Alonso, posteriormente, el 31 de diciembre de 1449, compra a Juan García y a su mujer Catalina Guedeja su casa para construir la fachada principal de la Universidad.

1597.- Clemente VIII expide una bula por la cual el convento de San Esteban podrá recibir novicios mediante juramento de no haber causa que impida su recepción.

1717.- Memorial dirigido por los sexmeros al rey Felipe V en el que se calcula que los daños causados por la Guerra de Sucesión son superiores a los 20 millones de maravedís en los cuatro cuartos de la tierra de Salamanca. No se incluyen los daños a la ciudad.

1779.- El obispo don Felipe Beltrán, dicta un auto por el que suprime la fundación del Colegio de los Doctrinos, fundado en 1577 por el canónigo don Pedro Ordoñez, ubicado en la actual calle de los Doctrinos, que toma su nombre del Colegio, pues antiguamente se llamaba de las Páteras.

1813.- Se declara prisión domiciliaria a los afrancesados salmantinos. Se arguye que es para su seguridad.

1824.- Es ahorcado en Madrid, acusado de francmasón, el joven salmantino de 18 años de edad, Gregorio Iglesias.