Claro que podemos

La noche caía y la carretera desaparecía en el horizonte con los campos de secano a ambos lados, el olor insufrible de las plantas de bio-etanol, se hacía aún más cruel por conducir con las ventanillas abiertas, la compañía encantadora de mi amigo y, zas, de esa conversación, surge la idea de la redacción de este artículo.

Claro que sí, le contesté en un momento previo a la curva que íbamos a tomar, el análisis de la situación política de España que realiza PODEMOS es correcto, en la medida que pone de manifiesto la existencia de una casta política corrupta que nos roba, nos expolia, que no cumple con su palabra y nos engaña, que no permiten la regeneración de la política, ni de la economía, que es incapaz de dar respuesta a los problemas de los ciudadanos y que, en ese sentido, la democracia en España tiene un déficit importante que hace que la misma sea más una imagen holográfica que una realidad, en la que se producen paradojas como la de que no se pueda acceder a la Justicia por la creación de unas tasas sofocantes, pero los diputados se gasten ese dinero en adsl, teléfonos móviles y fijos con llamadas gratis, aceptando la corrupción como sistema de funcionamiento transversal frente al que no se toman medidas.

Ese análisis, le dije, lo compro, es cierto, es el diagnóstico correcto de la enfermedad. Pero, cuidado con la solución que presenta Podemos, que es colectivista, anacrónica, asamblearia, manipuladora, dirigista y fascista -en el sentido de leninista y estalinista- que parte de la admisión de la violencia física como un instrumento legítimo de la política, del sometimiento de los medios de comunicación al poder político, de la intervención económica del Estado, del incremento de impuestos y la limitación de las libertades en función del interés superior, en el clásico Chavismo venezolano o similar al régimen Cubano o Iraní en los que beben para crear sus modelos revolucionarios.

Frente a esa solución, otros partidos, como Vox, plantean que se puede salvar al paciente reduciendo grasa administrativa, acabando con el sistema actual de autonomías de mil gobiernos, con mil parlamentos, políticos, asesores, cargos, etc., facilitando la creación de empresas y tejidos productivos que permitan el crecimiento económico, bajando los impuestos, con la implementación de políticas que impidan la perpetuación en el cargo, la impunidad de las acciones, la oscuridad en la administración, y que permitan una Justicia independiente, libre de injerencias, con un poder político limitado, controlado y transparente, acomodado a las necesidades de una sociedad con problemas a los que habrá de dar solución de forma meditada, negociada, y explicada, comenzando por el ejemplo de unos políticos que busquen y aspiren a las más altas cotas de preparación, coherencia, limpieza, señorío, veracidad, transparencia y honradez.

Claro que tenemos un problema; pero, para solucionar el problema, no podemos conceder a Podemos la posibilidad de matar al enfermo, sino aplicar terapias que permitan su sanidad desde la libertad, el respeto a los Derechos Humanos, la coherencia económica y social, porque realmente si que lo podemos hacer sin Podemos y sin una casta corrupta.

Mi acompañante me miró y me dijo: "jo tío, ¡que mitin me has dado!, jajaja