Fandi, Abellán y Juan Andrés brillan sobre el albero de La Florida

FERMÍN GONZÁLEZ

Con tarde soleada, más de media plaza en los tendidos y con muy buenas sensaciones antes del comienzo del espectáculo, se han liado toros de la ganadería de los Hermanos Giménez, bien presentados para la plaza, corrida dulce, con recorrido nobles y de boyantes embestidas, de comportamiento uniforme, donde tan solo el que hizo sexto, se paró antes, al tercero se le dio la vuelta al ruedo...

Los toreros con disposición y entrega, salieron por la puerta grande Abellán oreja y dos orejas, Fandi dos orejas y dos orejas, Juan Andrés González dos orejas y ovación.

Abellán que abría la tarde, se encuentra en ese momento de madurez, e íntegras sensaciones y desde que se abrió de capote se le nota que disfruta, faena con criterio bien rematada por ambos pitones, dominador y asentado en la arena, dio una buena muestra de sensatez torera, corriendo la mano y colocándose en el sitio, a es le corto una oreja. Y en su segundo, lo paró bien de capote, faena solvente con fundamento y disposición remates muy toreros, en una faena bien estructurada y con técnica superior, seguridad, reposo y armonía en su faena, que le valieron dos orejas.

Fandi a lo suyo, se le podrán poner puntos a su conceptos del toreo, pero lo cierto es que es muy sincero, siempre lo da todo en cada plaza, clavó banderillas en todos los terrenos, paró al toro, se lució en pasajes a la verónica, y siempre animoso en el toreo de muleta, faena de mucho fuste, bien rematada, al que cortó dos orejas tras una estocada entera, trasera y caída. En su segundo Fandi, volvió de nuevo a mostrar su tauromaquia, el granadino mantiene su tónica ferial perfectamente establecida, que domina al completo, recursos de capote, superior en este toro con los palos, y faena nada desdeñable, bravo y entregado consintió una faena de alto voltaje que le volvió a valer otras dos orejas.

Cerraba la terna Juan Andrés González, o sea el 'pobre' del cartel, y es una pena que toreros tan ilusionados, con vestirse de luces, mantuvo como siempre que lo hace, la dignidad, en su primero, cuajó una faena limpia, agradable con buena sintonía en sus muletazos, se acopló bien a la embestida, mantuvo su pulso y su faena bien rematada se vino arriba, para cobrar media estocada efectiva tras un pinchazo, lo que no fue defecto para cortar dos orejas, su segundo animal, al que lanceó con empaque, sin perder el ánimo mostró entera disposición, pases exquisitos bien rematados, pero el animal se apagó pronto, y con él la faena que llevaba en su ánimo el torero, pinchazo y entera acabaron con una tarde, que ya quisiéramos en no pocas ferias, asistir a las mismas, y aquí terminó lo taurino en Peñaranda.