Una vez, un encuentro

Abrir un libro de Katsumi Komagata es como abrir de par en par el arcoíris o mirar por el ojo de una cerradura el atardecer o como encuadernar ola por ola todo el mar con su variada gama de colores y texturas.

Komagata es un arquitecto del papel, un diseñador y artista japonés cuyo propósito va más allá de hacer libros (One Stroke). Antes, durante y después de cada proyecto hay un largo proceso de observación, interpretación y comunicación y un trabajo minucioso con el papel. El volumen, las texturas, los colores, las formas o los troquelados en las páginas de sus libros nos invitan a mirar y disfrutar pero también a dialogar con el texto y la ilustración.

"Mi actitud ?dice Komagata? siempre es la misma: cuando hago un libro quiero compartir o transmitir algo, lo hago para divertirme, para poner en marcha la imaginación".

El mar, el bosque, las nubes? todo tiene un lugar en sus libros. Todo es materia de trabajo a partir de la mirada y la sorpresa. Incluso el interior del cuerpo humano, ya sea el aparato digestivo o el cordón umbilical que une a la madre y al hijo que lleva dentro, son fruto de su curiosidad y su posterior reflexión sobre el papel.

La obra de Komagata destaca por su sutileza. Lo simple, en sus libros, se vuelve artístico. El detalle cobra protagonismo, el color despierta nuestros sentidos. Juega con los contrarios, con los opuestos, con los distintos ángulos de observación, con la repetición, con el cambio de posición de los elementos sobre la página, con troquelados y perforaciones. Cada libro es un descubrimiento poético. "Siento en estas lecturas una atípica sensación de gozo, de humildad, de contemplación" dice el crítico Gustavo Puerta, gran conocedor de su obra.

La fuerza de su trabajo reside en el modo en que el japonés materializa su mirada, sus ideas y su manera de interpretar la realidad y todo lo que late en ella. Francisco Umbral dice en Mortal y rosa: "El exterior me conforma a través de los ojos, estoy lleno de lo que he visto, de lo que he mirado". Y así parece ser con Komagata.

¿Es posible mostrar con papel un corazón que palpita o el recorrido de las lágrimas? ¿Puede un ciego sentir los colores, los objetos y la vida con solo posar sus dedos sobre el papel?

Komagata conoció el trabajo de Bruno Munari en Estados Unidos, donde residió siete años. Y este descubrimiento se convirtió en revelación. ¿Cómo es posible que Munari consiguiera atrapar con sus libros la mente y los sentimientos del niño? ?pareció preguntarse. Y también él decidió probar y experimentar a partir de las reacciones y respuestas de su hija ante los diferentes estímulos que le presentaba con el color y el papel. Con tres años de vida situó frente a sus ojos tarjetas ?primero en blanco y negro y luego con color- con algunas imágenes. Su intención era ver y tratar de entender sus respuestas ante dichos estímulos. En esa comunicación con su hija, a partir de la percepción y el juego, reside la clave del trabajo de Komagata. Y su propósito es que también padres e hijos se comuniquen a través del arte y de sus libros. Que cada uno de sus trabajos sea motivo de sorpresa, aprendizaje, diversión y descubrimiento.

Decía Bernardo Atxaga: "Porque algo se roto KRA! en nuestro corazón". Cuando esto sucede tenemos que recomponer los trozos. Ese es el razonamiento del que parte Komagata para expresar el dolor. Fue precisamente una pelea entre su hija y una compañera de colegio la que dio lugar a dos de sus trabajos: Trozos e Historia de una lágrima. ¿A dónde irán a parar las lágrimas de mi hija? ?se preguntó Komagata cuando la vio llorando al ir a recogerla al colegio. La respuesta nos la ofrece en forma de libro.

Hoy Katsumi Komagata ofrecerá un taller en La Querida. Serán dos sesiones de dos horas cada una, por la mañana y por la tarde. Los participantes en la actividad vienen de lugares como Valencia, Bilbao, Sevilla, Zaragoza, Madrid, Zamora y Valladolid y tendrán ocasión de trabajar con un papel especial traído desde Japón. Será un encuentro único. Así lo expresa el propio Komagata al terminar sus talleres, con una frase que lleva a todos los ámbitos de su vida: "Una vez, un encuentro" (Ichi-go Ichi-ee). Esta es sin duda, la actividad estrella de este curso en La Querida, un proyecto cultural que cierra con éxito su segundo curso.

Gracias a la Librería Miguel Núñez, de Zamora, y a Clara Martínez por cuidar cada detalle del encuentro y traer los libros de Katsumi Komagata. Así todo el que disfrute del taller podrá llevarse además algún ejemplar del espléndido trabajo del artista japonés.

Bienvenido a La Querida, maestro. Bienvenido a Salamanca.