A Vicente del Bosque

Querido Vicente: Permítame que le llame así, querido, cuando no tengo el placer de conocerle y no hemos coincido jamás en lugar alguno. No soy aficionado al futbol, pero no por ello he dejado de seguirle en sus andanzas como entrenador, tal vez por un nacionalismo provinciano que hace que me sienta muy orgulloso de los triunfos de todos aquellos que comparten mi lugar de nacimiento y de residencia. En definitiva de todos aquellos que son naturales y/o vecinos de Salamanca.

Sentí profundamente la injusticia que cometió con usted Florentino Pérez; resultaba inaudito que después de ganar en el año 2002 la Champion League, la Supercopa de Europa, la Copa Intercontinental y consiguiendo la Liga en el 2003, al mes siguiente se le rescindiera el contrato como entrenador del Real Madrid, debo confesar que me quedé absolutamente confuso y confirmó, más aun, lo poquísimo que entiendo del funcionamiento de los clubes de futbol. Luego leí que se había hecho porque su carácter no encajaba con el nuevo equipo, el de la era galáctica, cuya mayor importancia no era ganar campeonatos(¿?), sino vender camisetas y otros objetos publicitarios, la mercadotecnia en definitiva. Sigo sin entender nada, absolutamente nada.

Me olvidé de usted durante algún tiempo, si bien le seguí en sus pasos por Turquía, y créame si le digo que sentí con usted el fracaso que su equipo estaba teniendo.

Le recuperé nuevamente con el Mundial de 2010 y ya no le he dejado. He sentido la derrota del equipo español, sobretodo porque es una derrota abultada e incomprensible y parece que se ha equivocado. Hay voces que mantienen que el planteamiento de mantener a Casillas contra toda evidencia no ha sido el más adecuado, otros afirman que no debió de repetir el equipo del 2010, pues era un equipo ya amortizado y que debería haberlo renovado con sangre nueva, otros? ¡Qué fácil es la crítica a toro pasado!, me gustaría saber que hubieran dicho los mismos que ahora piden su cabeza si se hubiera vuelto a ganar el mundial.

No soy aficionado al futbol, querido Vicente, pero usted ha conseguido para los aficionados españoles un sueño que jamás pensaron se hiciera realidad, la consecución de la Copa del Mundo y, posteriormente, de la Copa de Europa. Ha elevado hasta el paroxismo a la afición de este país y ha conseguido la primera estrella que llevarán junto al corazón, en sus camisetas, los jugadores de la selección y los aficionados en general para siempre y que, mucho me temo, se tardará en añadir la segunda. Creo que deberían agradecerle estos cuatro años en que los españoles nos hemos considerado los mejores del mundo, porque lo éramos, y eso es impagable. Esta Selección Nacional, capitaneada magistralmente por usted, ha hecho historia y es ahora, y también antes, cuando hay que estar a su lado. Gracias, querido Vicente, por haber hecho que España haya sido un poquito mejor, al menos durante estos últimos cuatro años.