Canto de Amor, de Elena Liliana Popescu

(Fotografía de Jacqueline Alencar)

Se acaba de presentar en la Universidad de Salamanca el libro de poemas Canto de Amor (Trilce Ediciones, 2014), en edición bilingüe rumano-español, escrito por la reconocida poeta Elena Liliana Popescu, profesora de la Universidad de Bucarest, e ilustrado por completo, página a página, por el pintor Miguel Elías, profesor de la Universidad de Salamanca. Hay otro texto de presentación, firmado por el poeta mexicano Hugo Gutiérrez Vega, mientras que las traducciones fueron hechas por el español Joaquín Garrigós Bueno y el peruano Moisés Castillo Florián.

Aquí el texto que escribí a modo de pórtico.

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Quien ama no pierde el tiempo en construir ataúdes: sabe que dos mil años de amor bien ameritan resurrecciones del espíritu intacto; también el silencio propio de las grandes ocasiones; ése silencio al que no le intimidan ni las curaciones ni los estragos inherentes al Amor y al desamor, tan denodadas fuerzas motrices que dan estatura o abisman al ser humano.

Elena Liliana Popescu se ancla en la trascendencia no para cantar, que también, sino para trazar su vivir viviendo y dejar constancia del variado registro de una voz madura desde el principio: lo suyo es una ofrenda enamorada, qué duda cabe, pero especialmente es la construcción de un parapeto para los afortunados que la leen y creen en su visión de poeta desdoblándose hasta encarnar lo indecible.

Quiero decir que sus poemas bien pueden servir como refugio para que no nos alcancen de lleno esas piedras que a diario suele aventar la vida: Amor más que lenguaje críptico o frases pulidas, querencia por el prójimo, por el compañero ausente, por los hijos? Amor como una semilla de enriquecida fraternidad, no como un aderezo sensiblero.

Pero va más allá, magnetizada por los sueños o por desgarramientos, por dudas existenciales ("Si se pudiera alguna vez / ser amor sin amar, / ser esperanza sin esperar, / ser palabra sin hablar, / ser pensamiento sin pensar...), o libertades engrilletadas en un tiempo helado, sin pulsación para la fe: Elena Liliana Popescu ha emprendido la senda que despereza el alma y se entrega al Redentor. Lo hace sin adelgazar su mirada inocente, su inocente palabra: Dios es Amor con doble nutriente de Verbo y misterio, corazón-amante laborioso bien injertado en el corazón de la poeta rumana, una autora que testimonia, a pecho abierto, su asombro ante la Creación.

Canto de Amor es una vía libre que rebalsa pasión y mansedumbre trenzada con la realidad inmediata y con esa otra realidad del Reino que otean mejor los poetas. Jesús lo es y Elena Liliana también: ahora ella quiere un cautiverio sin rituales y demás adornos: en la sobriedad es más pura la entrega y mejor se oxigena el amor en todos sus matices y dimensiones: "He huido de lo efímero de mí / que bulle a mi alrededor, / para encontrarte a Ti?".

Termino resaltando el hermoso connubio entre poesía y pintura. Nada erosiona esta unión desde tiempos remotos; tampoco el ruido y las prisas actuales pueden contra el abrazo artístico entre la poeta rumana y el pintor Miguel Elías, profesor de la Universidad de Salamanca: dos notables creadores para una obra donde se anidan unos sesenta poemas y otra cantidad similar de pinturas. Y más valor añadido: la traducción al castellano realizada por Joaquín Garrigós y Moisés Castillo.

Celebro que la poesía de Elena Liliana Popescu se publique en la capital del Tormes. Desde Salamanca tendrá buena irradiación hacia la América hispanohablante, además de Portugal y Brasil.

Abril y en Tejares (2014)

TRES POEMAS DE CANTO DE AMOR

SI SE PUDIERA

Si se pudiera alguna vez

medir lo inconmensurable,

abarcar lo ilimitado

y, atravesando la nada,

no ser lo uno ni lo otro...

Si se pudiera alguna vez

ser amor sin amar,

ser esperanza sin esperar,

ser palabra sin hablar,

ser pensamiento sin pensar...

Si se pudiera alguna vez

oír lo inaudible,

ver lo invisible

y aprender lo ignorado,

¿habría un nuevo comienzo?

SIENDO

Sé que sólo mediante el silencio

puedes decir la verdad.

Y también que sólo muriendo

puedes realmente vivir.

Sé que sólo mediante el dolor

vences el sufrimiento.

Y también que sólo perdiendo

resultas vencedor.

Sé que sólo mediante el amor

experimentas la existencia.

Y también sé que sólo siendo

has de ser libre.

PARA ENCONTRARTE

He partido por un camino

sin haberlo antes transitado,

para subir peldaños que bajan

hasta mí mismo.

He huido de lo efímero de mí

que bulle a mi alrededor,

para encontrarte a Ti,

que siempre has sido mi Yo.