Tras la tormenta

Ayer nos saltaba a la cara, vía Twitter, una sorpresa como pocas. El disco de The Common Linnets era número 1 en Mozambique? ¡MOZAMBIQUE!¿Recuerdan a la parejita holandesa de Eurovision, que parecían ellos sacaditos de un bar country del medio oeste americano? Sí, esa canción que decían que no era para Eurovision?

¿Estas cosas quién las dice, los mismos que el otro decían que la Selección española pasaba en volandas hasta la final del mundial? ¡Ay, perdón!¡He tocado el delicado tema del fútbol sin querer! No está en mi ánimo hundir más aún las morales futbolísticas del país, pero si tengo que serles sincera (o al menos un poco franca) casi me alegro de que los eliminen cuanto antes. Más que nada porque no me hace ninguna gracia esas cifras astronómicas que se iban a llevar en primas si ganaban. Apreciarán ustedes que hablo en pasado. Es una técnica psicológica que aprendí el otro día de mi colega Sheldon Cooper. Espero que funcione: queridos chilenos, hagan bien su trabajo y ayúdennos a que este país deje de cometer insensateces.

A lo mejor no se han enterado de la noticia de la semana en los círculos universitarios. El Ministerio de Educación quiere convertir las becas en créditos. Ahora les ha dado por copiar modelos educativos, en este caso el americano. No es el modelo adecuado ni el momento más oportuno, querido ministerio. Quizás sea el momento para que deje caer que estudiar un master en Suecia es completamente GRATUITO para los comunitarios? Pero la lucha contra las estupideces del Ministerio de Educación es casi batalla tan perdida como la del fútbol.

Me relajaré comentándole maravillas lejanas, que me quitan los cabreos; me dicen por el pinganillo que los soles de media noche ya se dejan ver por latitudes nórdicas. ¿No sabe de qué va la cosa? Pues es una maravilla como pocas: ¿es capaz de imaginar un sol que, durante unas semanas, no se marcha nunca?¿Tierras donde las noches son únicamente atardeceres y el sol no llega a ponerse? Pues eso son los soles de medianoche y nosotros solo podemos soñar con ellos y relajarnos dejando volar la imaginación?

Como relaja, no me lo puede negar, escuchar la canción más exitosa de esta edición de Eurovision: Calm after the storm de The Common Linnets, que era precisamente el grupo del que empezaba hablando hace un rato. Que no es una canción europea? que no es un estilo para un concurso? que daba sueño? que si Waylon ahora inicia su carrera en solitario? que si tal que si cual? Lo que ustedes quieran decir, lo respeto, lo que no me pueden negar son los hechos y la cosa es que la canción de Ilse DeLange y Waylon ha triunfado por toda Europa, América y, como les decía, ahora un pedazito de África. ¿Y ahora qué dicen los pseudo-expertos que la daban como carne de cañón para las semifinales?

Pues nada, disfruten de la calma tras la tormenta. Piensen poco en los desastres de la selección y preocúpense más por las becas que sus hijos no tendrán o los indultos que la justicia concede solo a quien tiene contactos? y relájense. Hay vida más allá del fútbol.