Especies cinegéticas en el asfalto

He observado, sobre todo en las redes sociales, que el colectivo de cazadores ha aceptado con inmensa alegría la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial que ha promulgado el gobierno de la Nación y que ha entrado en vigor el pasado día nueve de mayo del presente año.

Los cazadores estaban expectantes para ver el trato que la reforma iba a dar a los accidentes que puedan ser provocados por la presencia de especies cinegéticas en las vías de circulación.

Sabido es que antes de la citada reforma la responsabilidad de estos accidentes venía siendo en la gran mayoría de los casos responsabilidad de los titulares de los cotos de caza y por eso la expectación era como pocas veces antes.

El hecho de que la reforma descargue en casi su totalidad la responsabilidad de estos accidentes en los conductores y haya 'aliviado' en buena medida la responsabilidad de los titulares de los terrenos acotados ha causado gran alegría en el mundo cinegético.

Personalmente no comparto para nada la alegría de mis colegas cazadores, pues no puedo alegrarme de algo, en este caso la reforma de una ley, si entiendo que no hace justicia con todos los ciudadanos, que es en definitiva para quienes debe legislar el ejecutivo de turno.

La reforma de la ley declara culpables de los accidentes, que le presencia de especies de caza en las carreteras puedan provocar, al conductor del vehículo implicado, salvo en rarísimas excepciones que se darán en un porcentaje mínimo de supuestos, y en algunos casos difíciles de demostrar, con lo cual intuyo que el vehículo siniestrado será el responsable del accidente en cuestión, siempre.

Se olvidan los cazadores que antes que cazadores son ciudadanos que van a circular por las vías públicas cada día del año y son posibles víctimas de la presencia de especies cinegéticas en la carretera.

Sin ser yo jurista me surgen dudas acerca de la siguiente cuestión: si la presencia de un perro, un caballo o una vaca en el asfalto provoca un accidente siempre es el dueño del animal implicado el responsable, ¿por qué no se hace responsable la Consejería de Medio Ambiente de esas especies de caza que una noche pueden estar en el asfalto y provocar un accidente? ¿Acaso no se está mostrando la citada Consejería propietaria de estas especies cuando nos cobra unas tasas para autorizarnos su aprovechamiento cinegético?

Si realmente esto fuese así, que a mí me parece lo más lógico, a las especies cinegéticas se le debería dar ante la ley la misma responsabilidad que a perros, caballos o vacas y ser la Administración quien se responsabilizara de este tipo de siniestros.

Como quiera, además, que la reforma de la mencionada ley deja en algunos supuestos la responsabilidad de estos accidentes a los titulares de los acotados en determinados días, sospecho que estos contratarán un seguro que una vez vistas las condiciones impuestas por las compañías aseguradoras puede que los cazadores se encuentren que la reforma de la ley no les haya eximido de un gasto económico que pueda ser similar al que ahora soportan.

Por otra parte todos los conductores estamos definitivamente obligados a incluir en las pólizas de seguro de nuestros vehículos una cláusula de mejora que nos cubra este tipo de accidentes con el consiguiente aumento del precio de la misma. Es por todo esto que no comparta la alegría que, como dije al principio, he visto en el colectivo de cazadores, principalmente.