En busca de la Excelencia perdida. “El Fétido”.

Soy una alumna de Primero de Bachillerato y mi aportación a la búsqueda de la Excelencia es cómo encontrar aires más limpios para nuestro Centro. Sé que los empleados y empleadas de la limpieza desgastan las fregonas de tanto raspar los suelos, y que vierten diariamente miles de litros de lejías y amoniacos en los inodoros. Créanme, todo sirve de bien poco. Vamos a ver si entre todos?

Me gustaría convencer a mis compañeros y compañeras para que no orinasen fuera de los inodoros, y que no tupiesen los sanitarios con los rollos de papel higiénico; el olor a letrina hedionda es insoportable.

También quisiera romper una lanza a favor de las duchas mañaneras. Especialmente cuando llega el buen tiempo y en los recreos y clases de Educación Física sudamos. En las aulas se reconcentra un olor a compañerismo mezcla de chotuno, zapatillas con solera, queso revenido, agua de sobaquina, tigre siberiano y macho cabrío que coloca. Cuando entras en la clase piensas; "aquí se ha muerto alguien y no nos hemos dado cuenta". ¡Fíjense que hay días que espero con impaciencia los timbrazos de conserjería para ver si nos levantamos todos! He visto profesores que al entrar en nuestra clase retroceden, se parapetan tras la puerta y mandan abrir las ventanas antes de atreverse a dar el paso letal.

En aras de que esta sugerencia sea completa, elevo una petición a la Dirección del Centro para que en la Sala de Profesores haya caramelitos de menta o chicles a disposición del personal docente. ¡Declaremos la guerra a la halitosis! Pongo en su conocimiento que a algunos profesores les huele el aliento a desagüe. Cuando se aproximan a nosotros para reforzar sus explicaciones, los alumnos retrocedemos hasta pasarnos a la silla del compañero para poder resistir el hedor. De hecho, yo no pregunto a determinados profesores para que no tengan que venir a mi lado a contestarme; me dan arcadas. Y ya puestos quiero recordarle a algunos de nuestros enseñantes, los menos, que con el agua no se va la sabiduría. ¡Anímense! Que cuando alguno pasa a nuestro lado creemos que estamos en el pabellón de la ganadería de la Feria de Muestras de Septiembre.

Por si sirve de algo les adjunto la técnica de mi abuela "estropajo de esparto y jabón Lagarto"? ¡y a frotar! mientras se repite una y otra vez la fórmula mágica? "Pobres pero limpios".