Traidores, mordazas y ponzoñas

Por enero del año 2011, y como secuencia de las "mafias" que surcan los turbulentos charcos del PP charro, presenté mi baja como afiliado, en la que, textualmente, informaba a su presidente de que lo hacía pues, "? mis intervenciones en prensa están siendo utilizadas en contra de personas? importantes dentro de la formación?".

Ese día, estaba en la sede el señor Iglesias quien, conocedor del contenido de la baja (se la había hecho llegar unos días antes por correo electrónico), no quiso ni siquiera recibirla personalmente, pese a que, en otras ocasiones, que bien le interesaban, estuvo llamando y llamando a mi teléfono personal? cada cual a su rollo.

Alguna de esas personas que, lastimeramente, se quejaban, ante mí, del daño que hacían mis artículos y que me pedía enviase misivas (previamente revisadas) al señor Mañueco, hoy parece que se encuentran perfectamente ubicadas y olvidan los tiempos pasados, los llantos en determinadas estancias, las llamadas, los dimes y diretes que padecieron, las horas empeñadas en ayudar al partido, a sus dirigentes, a buscar soluciones a los conflictos, a? y, ahora, se dedican a asestar puñaladas por la espalda a quien lealmente estuvo a su servicio hasta que por ellos hubo de abandonar el partido. Recordarán, no lo dudo, cómo les afirmaba sinceramente que, a mí, no me diera o buscase cargo o ubicación alguna; que, "a mí no me gusta el colorín, yo prefiero trabajar" le decía, pues el colorín lo obtento y tengo por otros lados.

Mi fidelidad a unos planteamiento de regeneración, transparencia, democracia y libertad eran los que esos mismos, que me pedían ayuda, o para los que realizaba labores de apoyo, decían defender; pero, curiosamente, son los mismos a los que ayudé los que ahora vetan mi presencia en los canales de información y opinión y dicen que soy un traidor, un tránsfuga o alguien que se fue del PP porque no le daban nada. Nada me dieron, pues nada pedí, nada quise y yo sí que les aporté. Si quieren podemos hacer memoria, pero hace más de tres años que me fui y sí que estoy legitimado para hacer lo que me plazca fuera de dicha formación y si alguien ha cambiado el discurso, alguien ha traicionado lo que afirmaba, lo que decía y lo que proponía no soy yo, ni la formación a la que ahora pertenezco, habrán sido los que usaron a los ciudadanos, a los amigos, a las ideas para buscar un acomodo y una vez acomodado, se olvidaron de las grandes promesas, los grandes valores, las grandes éticas.

El camino se hace andando y yo no he sido el que ha traicionado a un amigo, ni el que ha intentado impedir que desarrolle su función en los medios de comunicación, ni el que ha insultado o zaherido, ni el que no está dispuesto al debate, ni el que ha puesto a su mesa al enemigo, ni el que huye de la discusión, la democracia o la representación de nadie, pues yo sí creo en la conversación, el diálogo, la libertad y la posibilidad de actuar en democracia; mientras que otros, seamos rigurosos y serios, sólo saben usar los términos para aparentar lo que no son, lo que no tienen, lo que nunca llegarán a tener, los que sólo creen ser importantes pero no pasan de piltrafas sin más sentimientos que los onanistas.

Si esto lo hubiera dicho en campaña se podía haber interpretado como un acto político lícito, en beneficio de mi partido, pero lo hago ahora como denuncia, como expresión de lo que son, de cómo actúan y de cuál es el talante de otros, para que no piense nadie que quiero emponzoñar la campaña, sino poner de relieve quiénes son los otros. Y que, ahora, sus "putillas y chaperines" de tres al cuarto, disfruten de ello, pero no puedan sacar el rédito que ellos buscarían, pues yo prefiero ser "perrito sin alma" o "mosca coj.." antes que un canalla.