A quien corresponda

Los vecinos de Brincones, según recogen los medios de comunicación, han alcanzado un acuerdo con el delegado de la Junta de Castilla y León en Salamanca, por el que se garantiza una atención sanitaria que consideran suficiente para sus necesidades, y que supone una rectificación de la reestructuración de estos servicios que había sido acordada por la Junta.

Cabe, por lo tanto, alegrarse por la resolución del conflicto y felicitar a los ciudadanos que con su lucha y unión han conseguido frenar un nuevo intento de recorte de servicios básicos; es de justicia, además, reconocer una vez más la importancia del apoyo dado por Fevesa, que viene demostrando desde hace mucho tiempo el valor de la reivindicación solidaria.

Pero más allá de la satisfacción por la resolución de un problema, se suscitan varias preguntas que deberían ser contestadas por los responsables de la administración que debería estar al servicio de los ciudadanos:

¿Por qué sólo se escucha a los ciudadanos cuando se movilizan con la determinación con la que lo están haciendo ahora los habitantes de Brincones y antes los de otros pueblos que vieron amenazado su derecho a la salud?,¿se hubiera reconocido la razón de sus planteamientos si no se hubieran movilizado?

¿Por qué se toman decisiones que afectan a la vida de los ciudadanos sin tener en cuanta sus opiniones?

¿Por qué cada vez que la administración habla de reestructuración los ciudadanos percibimos que de lo que en realidad habla es de recortes?

¿Por qué se dice que se quiere mejorar la calidad de vida de los habitantes de los pueblos y luchar contra la despoblación y al mismo tiempo se les quita lo poco que tienen?

¿Por qué nos han llevado a tal grado de desconfianza que ni siquiera un documento oficial escrito deja tranquilos a los afectados, que no están seguros de que la Junta cumpla lo prometido y no descartan tener que volver a manifestarse?

¿Por qué la administración, en lugar de resolver problemas, es la que los crea?

¿Por qué nos putean tanto?