Querido diario

Hoy me he levantado un poco esaborío. Y quejoso. Tengo que pedirte disculpas porque hace tiempo que no te visito. Perdona, he estado muy liado. Hace un día soleado y cuando eso ocurre parece que dan más ganas de vivir, pero no creas. Los politicos están muy tristes. Un oscura historia, un asesinato. Ya te digo Diario: están de negro un par de días. Pero enseguida vuelven a los mitines electorales. Seguimos en colores grises en la economía porque aunque los politicos dicen que esto se abre a la luz poco a poco, lo cierto es que no hay tema. Son palabras que se lleva el viento y el frío las congela (ahora a primera hora de la mañana hace mucho frío).

Tu sabes, querido Diario, que tengo una tienda y veo que la gente no tiene esa alegría de antes, todo funciona como a cámara lenta, despacio, no hay brio porque la falta de trabajo en las casas sume a las personas en una melancolía propia de los bueyes. ¿Sabes lo que te digo Diario? ¿Tú has visto a los bueyes cuando miran, que lo hacen así como atiborrados de penas y pesares? Pues así actúa el personal. Y te voy a decir una cosa querido Diario, todo es como muy contradictorio porque luego vas por ahí y ves los bares y restaurantes llenos. Yo creo que la gente se lo plantea diciendo:

"¡Vamos palante y que sea lo que Dios quiera!". O algo así.

En fin ya te dejo, no se cuando volveré a verte. Solo decirte que el Fandiño salió a hombres de las Ventas y que la Valenciano y el Cañete nos van a largar una homilia sobre Europa de aquí a cuatro ratos. Que tengas felices sueños querido Diario. Duerme bien.