La importancia del ocio y tiempo libre en la adolescencia

Es más importante de lo que muchos padres y educadores piensan. Crear espacios sanos de convivencia y actividades lúdicas que les permitan ser protagonistas activos de sus propios sueños es el momento para jugar con la fantasía, es la hora de los superhéroes.

He procurado hacer deporte con mis hijas desde pequeñas para que sin querer tengan una disciplina de trabajo en equipo y se diviertan cuidando su cuerpo y estimulándolo. El deporte en equipo permite asumir roles y de forma indirecta aumenta la tolerancia a la frustración, porque todos tenemos que aprender a encajar los golpes. Pero también montamos a caballo, vamos al cine, salimos al campo y viajamos todo lo que podemos.

Son tiempos de calidad con nuestros hijos que no podemos dejar en las manos de la televisión y los video juegos, los niños necesitan experiencias reales, no sólo virtuales. Los jóvenes españoles la peor nota en educación según los baremos europeos está en la resolución de problemas cotidianos.

La vida emocional de nuestros niños pasa desapercibida y hay que afrontarla porque para ellos es determinante. Para eso el compartir espacios de arte, con la música, el teatro, etc ayuda a encontrar caminos para expresar y quitar miedos a airear los sentimientos.

Cuando el ocio y tiempo libre lo utilizamos con víctimas de la exclusión social, la responsabilidad es aún mayor. Cuando le propongo a mis alumnos o hijas ir de fiesta sanamente debe haber un cauce de libertad que les emocione e ilusione sanamente. Cuando no sabemos sus verdaderos gustos y herimos sus sensibilidades, aumentamos el riesgo de refugio en la droga o la imposición de placeres que puedan llegar a la violencia de género u otras lacras sociales.

Salir a bailar, una escuela de circo con jóvenes, Street basket, escalada, deportes de riesgo, piragua, natación, etc. Pero no nos olvidemos de la lectura, también hay que acertar en la iniciación, padres o profesores cultos a su manera pueden hacer aborrecer la lectura, tiene que haber un hábito que facilite la mecánica sin olvidar el empujón hacia la pasión y para eso no se puede empezar por el Quijote. Los educadores no podemos ser escrupulosos y tenemos que leer libros como los "Juegos del Hambre" o "Millenium", libros que triunfan en la época actual con jóvenes y desde ahí no debemos renunciar a las obras de arte y los clásicos.

El tiempo libre permite relaciones tribales y lazos que les permiten crecer con seguridad y alegría o de manera traumática. Los adultos debemos tener los ojos abiertos pero los adolescentes no deben sentirse presionados.