Explicación del tiempo

Aquí les dejo una señal. Habrá un pequeño despertar en nuestras manos, cuando lleguen los pájaros, más allá de las horas y el silencio.

Todos serán, un día, aquel perfil que dibujó el espejo del pasillo. La sombra de la idea al descubierto. Ésta será la victoria.

El triunfo de la idea sobre el cuerpo. El estallido final de los átomos que se entrelazan absurdos y se chocan como la gente en las plazas y confesionarios.

Luego los hombres abonarán las páginas y la memoria. Entenderán que no hay respuestas para todo. Que todo tiende a ene cada noche. Que las mentiras se anexionan como rémoras a la epidermis de las cosas y que al final de todo está la tierra o el agua tibia o el plancton de unos ojos de mujer.

Y entenderán que la distancia es una cifra más, sin decimales. Que el tiempo y el olvido cicatrizan la piel llena de heridas y que la noche aloja los escombros del recuerdo sobre la página en blanco.

Es un error tallar el aire impuntual que pone fin a nuestros labios. Es una farsa el tiempo de los héroes, la distancia, la exhumación del frío y de la tarde que nos ayuda a reinventar nuestro equipaje de la noche. Es un error creer que el corazón es cualquier músculo, sin más, una bomba aún activa, de racimo, que llena de metralla nuestros ojos cuando el amor termina..

Y mientras tanto, mientras las letras caigan como piedras al fondo de los ojos, mientras recorran las arterias y el infierno adulto hasta llegar adentro, las mariposas de las horas

se morirán de asfixia y decibelios fríos.

Aquí les dejo una señal que ya no es mía. Acérquenla despacio a una bombilla de limón y cuando miren al trasluz, descubrirán otra distinta.

Cierren después los ojos.