Atención sociosanitaria

Los distintos modelos y sistemas sanitarios existentes no han encontrado la forma de responder a las necesidades sanitarias y sociales de los pacientes más prevalentes en la Sociedad actual y, que se debe fundamentalmente a los cambios demográficos y sociales que desde las décadas de los 70-80 del Siglo XX han determinado un cambio de patrón epidemiológico que conlleva envejecimiento, cronicidad, comorbilidad y pluripatologías.

Este cambio de patrón epidemiológico se debe al éxito de las políticas sanitarias y sociales y a la mejora en la Salud Pública que ha conllevado un aumento de la expectativa de vida y como consecuencia, la atención a las personas mayores y/o dependientes constituye actualmente el mayor reto asistencial de los países desarrollados. Su dificultad radica en que en esta atención confluyen temas puramente sanitarios y temas sociales y el profesional sanitario tiene difícil delimitar estos campos de actuación en muchas situaciones y en la mayoría de los pacientes.

Muchas pueden ser las causas y los factores que intervienen en este déficit asistencial y de Atención Sociosanitaria dentro del Sistema Nacional de Salud y de la Seguridad Social española, entre las que se pueden destacar las siguientes:

-. Déficit en la Organización y Gestión Sanitaria y Social que de respuesta adecuada a los pacientes crónicos, pluripatológicos, polimedicados y frágiles con dependencia y/o discapacidad.

-. Excesiva especialización y tecnificación de la Medicina moderna actual que orientada fundamentalmente a lo molecular y lo biológico se ha olvidado del paciente crónico al que hay que atender como una persona biopsicosocial y menos atención fragmentada en base a aparatos y sistemas.

-. Los profesionales sanitarios deben buscar resultados globales e integrales en términos de efectividad, Calidad y Seguridad. La falta de cultura sanitaria para trabajar en equipos multidisciplinares y en base a protocolos y guías.

-. Dificultades de coordinación entre ambos sistemas, el social y el sanitario, cuando en la Vida y en las personas es difícil la distinción entre lo social y lo sanitario; simplemente no es posible.

El resultado de esta situación es mala para todos, tanto para profesionales como para pacientes, puesto que no se da una respuesta adecuada y eficiente a los problemas y necesidades asistenciales y a las necesidades de un grupo poblacional cada vez más importante. Existe una utilización ineficiente de los recursos, una sobreutilización de los mismos y un aumento de costes innecesarios. Esta situación necesita de estrategias y decisiones Institucionales y profesionales que interdependientes entre sí pueden solucionar y/o reducir el problema.

Tener por objetivo la Atención Integrada e Integral entre los dos ámbitos de actuación que garanticen la continuidad de cuidados y la autonomía en su entorno habitual, en su domicilio. Su elemento clave, según los distintos expertos, es la regularidad y continuidad de los cuidados, quien los gestione y quien los coordine es intrascendente.

Reorientar el SNS y los Sistemas Regionales de Salud de las Comunidades Autónomas a la enfermedad crónica como problema más prevalente y relevante. Las diferencias territoriales actuales son más evidentes en el ámbito social que en el sanitario, donde existe mayor homogeneidad. Mejorar la cartera de servicios del SNS y de la Atención Primaria en la que se recojan nuevas prestaciones y servicios y estás se apliquen mediante el trabajo en equipo de profesionales sociales y sanitarios. Crear Unidades Multidisciplinares, que trabajando en equipo, den una respuesta de calidad a los problemas y necesidades asistenciales de los pacientes mayores institucionalizados y en su domicilio, incluyendo las fases terminales de la enfermedad y el sufrimiento al final de la Vida. Por último, valorar los resultados asistenciales e institucionales en términos de Bienestar psicológico y funcional y de Calidad de Vida relacionada con la Salud.

En definitiva, para los próximos años, la Atención Sociosanitaria debe de actuar en un espacio, que no debe ser virtual, para abordar de manera eficiente los problemas y necesidades de los pacientes. No se trata de crear nuevas estructuras o servicios sino de fomentar, fortalecer y dotar de contenido y recursos los ya existentes para lograr eficiencia y sostenibilidad.