Mucha más Pascua, por favor

Resulta ciertamente muy llamativo que le demos más importancia, mucha más importancia, a los días de pasión y muerte, que a los días de Resurrección. Y la cosa no es de ahora. Esto del relieve de la teología de la cruz por encima de la teología de la Pascua, viene de atrás. Parece como que lo lleváramos impreso en el código genético, como si fuera un mal augurio de la condición humana que suele tender más a ver la botella medio vacía que medio llena, que suele recrearse más en el dolor y en el sufrimiento, que en el gozo y en la esperanza. Es verdad y lo tenemos que reconocer: tenemos mucha más desarrollada y estimulada la pastoral, la espiritualidad, la teología, la liturgia? de la cruz que la de la Pascua. Y esto, tiene consecuencias muy importantes en el tono vital de los cristianos en medio de nuestro mundo.

Ejemplos de esto hay muchos. Para empezar, algo que me afecta muy de cerca: ¿por qué en la Universidad de Salamanca se celebran con cierta solemnidad y profusión las liturgias del Jueves y del Viernes Santo, y no se celebra nada en la Pascua? Es como si dejáramos a Cristo en la Cruz y hasta el próximo año. Es evidente que falta una liturgia de la Pascua, una celebración de la victoria gloriosa de Cristo sobre la muerte y el pecado. Pero es que hay muchos más ejemplos: ¿por qué las cofradías dejan de procesionar y de ofrecer actividades durante el tiempo de Pascua? (Honrosa excepción el Vía Lucis) ¿Por qué en la semana de Pascua cesan las actividades, los encuentros, las reuniones, las celebraciones, las convivencias? de las comunidades cristianas y decimos: "nos vamos de vacaciones una semana" Increíble: nos vamos de vacaciones la semana más importante del año! Nuestras iglesias están repletas de crucificados y hay que hacer verdaderos esfuerzos para encontrar tallas y pinturas sobre el recusitado.

Propongo y reivindico que se produzca un escoramiento espiritual, pastoral, litúrgico y teológico hacia la Pascua. Que aunque no sea necesario decretar un adelgazamiento de las manifestaciones cuaresmales y penitenciales, sí se vea conveniente y oportuno comenzar a pensar en manifestaciones, actos, celebraciones, jornadas, asociaciones o cofradías, exposiciones, liturgias? que empecemos a pensar y a vivir más, mucho más, en el quehacer de la Iglesia en torno a la Pascua.

Pienso que nos jugamos mucho en ello. No sólo dotar a la Iglesia en medio del mundo de una mayor energía, chispa y fuelle, sino sobre todo, hacer honor a la verdad y devolver a la verdad de la práctica, lo que nadie duda que es una verdad de la fe: que Cristo ha resucitado, que lo ha hecho todo nuevo, que somos el pueblo de la Pascua y que Aleluya es nuestra canción.