LUMBRALES | Las familias Arroyo Arroyo, Santiago Arroyo y Santiago Sánchez fueron los encargados de desclavar al Crucificado
Cientos de fieles llenaron la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción para asistir este Viernes Santo al Descendimiento de Cristo en la Cruz, un acto que protagonizan desde hace varios años las familias, Arroyo Arroyo, Santiago Arroyo y Santiago Sánchez, en calidad de mayordomos, y que es uno de los escasos ritos de la Semana Santa en la provincia que permanece inalterable desde hace siglos.
A medida que el párroco pronunciaba el sermón, los mayordomos retiraban el INRI de la cruz, liberaban al Crucificado de la corona de espinas y procedían a extraerle los clavos de manos y pies. Los brazos articulados del Cristo comenzaban a descender de la cruz mientras su pecho era rodeado por el sudario con el que los mayordomos se sirven para bajar hasta sus brazos la figura de Jesús Yaciente. Sobre el altar, mostraban su cuerpo a María, la Madre que aguardaba Dolorosa ante la imagen del Hijo de Dios, muerto por los hombres
Tras ser introducido en el Santo Sepulcro, los fieles acompañaron la procesión del Santo Entierro con las imágenes del Crucificado, la Virgen de Las Angustias, el Sepulcro y la Dolorosa, por varias calles de la Villa.
Por otro lado, en la mañana de este Viernes Santo, se celebró la procesión del Vía Crucis, acto de gran recogimiento y emoción entre los lumbraleses, por lo que varios cientos de personas se mantuvieron fieles a la cita, participando así en la procesión por su tradicional recorrido.