-I-
En los espacios de la soledad
siempre se está saliendo, nunca entrando
para pedir consuelo. Los lugares
vacíos, aunque tristes,
están llenos de aromas amarillos
cómplices de los ruidos del vivir
y de las carcajadas de la muerte.
Los alborotadores de costumbres
se ocultan en los libros, pero nunca
debieran confundir la soledad
con la velocidad de transgredir
ni la fatalidad con el destino.
-y II-
No encuentras la salida al laberinto,
pese a llevar buscándola y no hallándola
desde tu nacimiento al compromiso.
No bastan las preguntas, ni las rosas,
tampoco las certezas, ni siquiera
las aproximaciones: ser y estar
son conjuntos disjuntos, superpuestos
mas no concomitantes.
Se puebla la memoria con tinieblas
y señales de humo; para usar
la vida sin folleto de instrucciones,
¿suficiente con ser definitivos?
Badajoz, 6 abril 2014
Santiago Corchete Gonzalo