Cuando vean la luz estas imágenes que acompañan este texto espero que nada tengan nada que ver con lo que realmente haya sucedido este año en la celebración universitaria del fin de año. Las fotos que acompañan este texto son del año pasado ya que cuando escribo estas líneas aún es jueves y, por tanto, aún no se ha celebrado el botellón consentido, mimado y auspiciado por las autoridades salmantinas en una especie de conchabamiento cuasi mafioso con algunos de los empresarios hosteleros de esta ciudad que se dice noble y culta o culta y limpia que tanto monta.
En ellas se puede ver como mientras unos ciudadanos protestaban unas horas antes contra la ahora ya aprobada ley de des-educación ,otros, hacen el ridículo vestidos de papá Noel ante las cámaras de TV y otros medios de desinformación de masas. También se puede comprobar cómo las autoridades ponen todos los medios a su alcance para que a los "niños" no les falte de nada, ni siquiera alcohol, que aunque llevan cacareando varios días que no va a haber alcohol en la Plaza Mayor, no es menos verdad que eso es cuestión de fe, yo no me lo creo y como yo miles de salmantinos, lo que pasa es que la mayoría de estos, tienen complejo de avestruz y meten la cabeza en su casa dejando que pase el temporal que? "algo bueno nos traerá cuando el ayuntamiento les deja".
Lo de la basura es otra cosa, el ejemplo de los sanfermines de Pamplona se ha exportado a toda España, se puede mear en cualquier sitio, tirar donde se quiera todo lo que sobra después de haberse puesto hasta las cejas lo que se compró en los supermercados (los de alimentación y los otros) de tal manera que la ciudad a eso de las 23'00 ya es un estercolero, pero claro, ¿para qué pagamos a una empresa de limpieza? no le vamos a dejar la ciudad de tal manera que no tengan nada que hacer, tendrán que recoger los montones, aún apilados, de folletos informativos, de planos de la ciudad para que los futuros licenciados y doctores venidos de nadie sabe dónde no se pierdan en ella. Yo los guardaría bien y se los volvería a dar cuando vuelvan de turistas con su Audi, Mercedes o BMW dentro de unos años, convertidos en personas respetabilísimas para que encuentren bien el sitio donde se lo pasaron que te meas a costa del erario público transgrediendo todas las normas de convivencia que tanto se afana el P.P. (Partido en el Poder) en socavar emulando la dictadura de la que son hijos directos.
Pero lo más sangrante de todo es observar cómo esta Salamanca se rinde ante actos como este, año tras año, y lo hace, porque el poder del dinero lo ordena y manda, no importa que sea una "conga multitudinaria" o un botellón consentido, el caso no es que Salamanca prospere (según nos lo venden), no, el caso es que los que están en el poder y sus adláteres y/o viceversa se forren, haciendo todo lo posible para que sea verdad la máxima del "neoliberalismo" de que la línea que separa lo público de lo privado sea lo fina posible y si "lo privado es mío y lo público también, para qué queremos hablar de política, de Mandela, de libertades, hablemos de banalidades, riámonos en la cara de estos pobres salmantinos que tan bien nos tratan sin decir nada por ser ricos, que mañana lo seremos más y nos volveremos a reír de ellos, aún más si cabe, desde el poder, que para eso hemos nacido en la clase dominante y no necesitamos becas para estudiar ni protestar porque algunos las hayan perdido, peor para ellos, ¡que emigren!". Algunos ya lo hacen, a cientos en el último año, dejando una ciudad sin jóvenes bien preparados y desestructurándola hasta la extenuación, en la que la mayoría somos jubilados, para contrarrestar, a los jóvenes hay que traerlos en trenes y autocares cueste lo que cueste, porque cada día hay menos.
No sé cuántos años va a seguir este despropósito, cuándo las fuerzas civiles y policiales van a dejar de ponerse a los pies del interés privado aunque lo disfracen de solidario con los enfermos de la polio, en un alarde hipócrita de caridad lava-conciencias. Seguro que seguirá haciéndose mientras sea un negocio puro y duro para algunos, y siempre a costa de la inmensa mayoría silenciosa que aguanta, calla y vota siempre a los mismos. Yo no.
