Una alegría para el campo

Hace unos días se produjo un hecho casi insólito en las Cortes de Castilla y León, y fue la aprobación de la ley Agraria de Castilla y León con los votos de los grupos Popular, Socialista y Mixto (UPL) y la abstención de IU. Nada menos que el 80% de las enmiendas que se presentaron fueron aceptadas. Este consenso casi total demuestra que los señores políticos, si se hacen las cosas bien, si se dialoga, si no se tiran al monte o cualquier otra "extremidad" pueden parecerse a los alemanes, esos que si ven mal la situación del país van al unísono en gobiernos de coalición.

¿Y quién ha hecho las cosas de tal manera que prácticamente todos digan sí? Pues ha sido una mujer, Silvia Clemente, joven pero veterana política, curtida en mil avatares de gobierno que suele sorprender por su capacidad de decisión. Por eso hay que felicitarla. La crítica es necesaria, y es lo que hacemos habitualmente, pero si algo se hace bien hay que resaltarlo también. La segoviana Silvia Clemente, que fue recibida con escepticismo cuando Juan Vicente Herrera la puso al frente de la Consejería de Agricultura, no ha parado de dar muestras de conocimiento y sentido común lo mismo en la defensa del cerdo ibérico (enfrentándose a Arias Cañete, látigo de los intereses del sector en Castilla y León) que creando iniciativas para vender más y mejor nuestros exquisitos productos agroalimentarios. Inventó "Tierra de sabor" y a los hechos nos remitimos: es ya una marca de referencia que está en todos los puntos de distribución y venta. Algunos alegan que eso no es suficiente, por supuesto, pero ha sido ? y es - una herramienta muy eficaz para nuestra industria agroalimentaria, tan importante para Castilla y León.

Ahora bien, la ley Agraria de Castilla y León sienta unas bases y unos principios fundamentales para esta tierra, mira al futuro y porfía por la sostenibilidad práctica y real del campo y del mundo rural de paso. Una ley no arregla todo de un plumazo, es sencillamente un contenedor que después debe llenarse con acciones concretas. Acciones que siempre llevan aparejada una palabra: dinero; y es que el maldito parné es inevitable. Dinero para favorecer las condiciones de vida de jóvenes y mujeres sobre todo, los que están y los que deben incorporarse. Esa, de paso, es la única manera de fijar población en el mundo rural. Todo lo que no sea hacer rentable la agricultura, la ganadería, la agroalimentación o el turismo rural no sirve para nada. Todos los libros blancos contra la despoblación, ya lo hemos visto, no han servido más que para que algunos políticos entretengan al personal y laven su conciencia como que hacen algo ante el mayor problema de Castilla y León.

Cierto es que la lluvia que nos manda el cielo últimamente está favoreciendo el PIB agrícola, y de paso, el de Castilla y León. Y el dinero de Europa, que sigue siendo clave y no ha desaparecido como en determinados momentos se temió. Esos argumentos combinados han hecho que la fatídica crisis se haya notado menos en este sector; incluso en algunos casos, ha habido saldos positivos. Por eso hay tantos que ahora ven el campo con determinado optimismo. Ojalá sigamos por ahí: que se termine el victimismo, que se pongan manos a la obra y que esta Ley se desarrolle de tal forma que no nos llevemos una decepción. De momento, ha sido recibida por todos muy bien, lo cual ya es algo extraordinario en gente tan fatalista como solemos ser los castellanos y leoneses, consecuencia de saber que el pasado negativo empezó hace siglos.

Pues hay que cambiar y, ¿ por qué no ahora?. Nunca es tarde, y vistos los colmillos de la crisis en la ciudad la gente se ha dado cuenta que el campo hoy es más una solución que un problema. Antes las distancias eran enormes, no había servicios ni sociales ni médicos, e imperaban todo tipo de carencias, como las de la enseñanza, pero ahora ya no es así. Ahora el mundo rural está muy cerca de la ciudad, y viceversa; ahora ya no vamos en un carro tirado por un burro o por mulas a vender a los pueblos vecinos de puerta en puerta. Ahora se necesita otra mirada. Y esta Ley se la ha dado. Se ha tardado mucho en tenerla, pero ahí está. No miremos para atrás.

Que Silvia Clemente siga acertando. Un amigo mío me dijo hace unos días en mi pueblo: "Silvia for President", a lo que le contesté : "no es bueno encumbrar a nadie como futurible presidente de la Junta, que se le puede quemar antes de tiempo; además hay otros seis nombres que se barajan para sustituir a Herrera". "Pues por mí ?dijo ? que pongan al que quiera más al mundo rural". "Eso lo dicen todos, le dije,? incluso hay uno que su padre fue veterinario en Cañizo de Campos y también quiere mucho a los pueblos ". Y sentenció: "Pero unos los quieren más que otros?, yo, de todas formas, no creo que vaya a ver esto lleno de gente"· "Desde luego ? le dije ? pero se trata que lo vean tus hijos". Pues eso.