Jubilarse en Los Montalvos

El pasado miércoles, día 19, se jubilaba en Los Montalvos Mercedes García Pérez, una Trabajadora Social vocacionada, que ha dedicado toda su vida a realizar su tarea de asistencia social con los enfermos, sus familiares, y los mismos profesionales. Una tarea de amplia magnitud, que daba comienzo allá por el año 1971, después de una seria preparación que incluía, además de la profesión de Asistente Social, obtenida en la Escuela Técnica de Asistentes Sociales de Salamanca, licencia en Filosofía y en Ciencias de la Educación de la Universidad de Salamanca, Máster en Psicología del Lenguaje de la Universidad Pontificia, Diplomada en Trabajo Social y Máster en gerontología por la Universidad de Salamanca, y Posgrado en Cuidados Paliativos por la Universidad Abat Oliva de Barcelona.

Son más de cuarenta años de servicios en beneficio del Hospital de Los Montalvos, pero que ha compartido enseñanza como profesora de Psicodiagnóstico durante siete años en la Universidad Pontificia, y ha ejercido como Colaboradora Tutor de prácticas en la titulación "Máster en tratamiento de soporte y Cuidados Paliativos" y Coordinadora de Programa para la Atención Integral a personas con enfermedades avanzadas y sus familias, de la Fundación La Caixa.

Ha realizado múltiples cursos y trabajos de difusión, publicando diversos trabajos de su especialidad en revistas del ramo como la Revista de Trabajo Social o la Revista de Trabajo Social y Salud.

Pertenece y es vocal de Trabajo Social en la Junta Directiva de la SECPAL (la Asociación Española de Cuidados Paliativos) y miembro del Comité de Ética del Hospital Clínico Universitario de Salamanca.

Pero lo más importante no es la multitud de títulos y prácticas de enseñanza, sino los trabajos diarios de seguimiento integral a los enfermos y sus familias, ayudándolas a encontrar respuesta a sus necesidades humanas, sociales, espirituales y post mortem, en el acompañamiento del duelo.

Ella está también especializada en el trabajo en equipo y ha ayudado al trabajo multidisciplinar del equipo de tratamiento de cuidados paliativos, participando en las sesiones clínicas de cada mañana.

Personalmente tengo que confesar que a mí, como sacerdote, me ha ayudado a cumplir mi deber y mi aportación espiritual a los enfermos y a sus familias, incluida la atención a personas sin religión y de religiones diferentes a la católica, sean protestantes o musulmanes o de otra cualquier religión, haciéndolo siempre con un gran respeto y delicadeza, hasta ayudando a buscar los ministros de culto adecuados a cada caso.

Nos alegramos por el júbilo de su jubilación, pero sentimos tener que prescindir de tan valiosos y agradables servicios. Esperamos que las personas que hemos trabajado con ella: otra asistente social, psicólogos, enfermeras y auxiliares, celadores y el resto de personal, hayamos aprendido de su estilo y cualificación, y podamos así continuar los trabajos en el modo aprendido de ella, aunque ya no esté entre nosotros más que como invitada y voluntaria para no olvidarnos ni dejarnos sin sus auxilios tan gratos y provechosos. Feliz jubilación, Mercedes.