Paciente activo

La sanidad del Siglo XXI está sometida a los cambios sociales que se vienen produciendo en las últimas décadas y que son de gran transcendencia para el devenir de la relación médico-paciente y para el rol del paciente y del profesional.

Existen varios factores que en este contexto de cambio provocan la aparición de un nuevo modelo de paciente, el paciente activo. En primer lugar, el nivel educativo de la población española que ha mejorado por el incremento de años de escolarización y por el mayor acceso a los estudios universitarios de las últimas décadas. Una mayor Educación formal se asocia positivamente a mejores estilos de vida saludables y a una mayor concienciación y preocupación por la Salud, lo que a su vez conlleva una mayor responsabilidad sobre la gestión y el control de su propia Salud. En segundo lugar, por el hecho de que la enfermedad crónica sea el tipo de morbilidad prevalente en la Sociedad actual. Este cambio epidemiológico ocasiona una acumulación de experiencias sobre el binomio Salud-Enfermedad y una concienciación de que el manejo de losautocuidados es cada vez más importante para disfrutar de una mayor autonomía y una mejor Calidad de Vida asociada a la Salud. En tercer lugar, otro factor promotor de Salud lo constituye el acceso universal a internet y, con ello, a todo tipo de información sobre los temas de Salud-Enfermedad. Este aspecto no está exento de riesgos y de efectos secundarios para la Salud y que abordaremos en el futuro.

Todos estos factores interrelacionados entre sí provocan un nuevo tipo de paciente, un paciente activo que además condiciona una relación médico-paciente distinta a la tradicional o clásica. Este cambio puede ser muy positivo y debe servir para encauzar la responsabilidad, la sensibilidad y la comprensión de la importancia de un papel activo en relación con los autocuidados asociados a la Salud y a la Enfermedad reduciendo el número de demandas por trivialidades y, por tanto, innecesarias.

El paciente activo pasa a ser más consciente de lo que le pasa, asume mejor su enfermedad y sus pérdidas funcionales y, por tanto, se adapta y acepta mejor su nueva situación y, en consecuencia, no entra en un círculo vicioso que le lleva a otros problemas como ansiedad, neurosis, depresiones, etc.

También la comprensión y participación en el proceso patológico conlleva una colaboración necesaria e imprescindible para mejorar la efectividad y la calidad asistencial en relación con un mejor seguimiento del tratamiento y una menor posibilidad de efectos secundarios, es decir, una mayor seguridad del paciente.

Las consecuencias de una mayor participación en el proceso asistencial de un paciente activo provoca una mayor duración de la consulta, un mejor conocimiento del paciente y una mejor relación médico-paciente; pero también una mayor exigencia en la preparación de los profesionales en habilidades de comunicación para una mejor gestión de los procesos asistenciales y de los recursos del Sistema Sanitario, lo que conlleva mayor eficiencia. Por tanto, reducción de costes.

Con este objetivo de mejorar la participación y la orientación adecuada de los pacientes se creó el foro español de pacientes (www. forodepacientes.org) y la universidad de pacientes (www.universidadpacientes.org), entre otros. Mi recuerdo para Albert Jovell por todo lo que hizo por los Derechos de los pacientes en España.

Bienvenida sea la participación activa de los pacientes en el proceso continuo y dinámico del binomio Salud-Enfermedad porque los autocuidados, el seguimiento y la continuidad de los tratamientos crónicos y la efectividad y la seguridad del paciente necesita de un papel activo de los pacientes.