Cambian los años, siglos o milenios y las Edades permanecen intactas. Por supuesto no me refiero a las llamadas "Edades del Hombre", exposición itinerante que en la actualidad se mueve por Burgos, sino a las clásicas, aquellas que aprendimos en la Escuela. Son ya muchos años viviendo en la Edad Contemporánea, demasiados, y si nos paramos a pensar, no tiene nada que ver lo que llamábamos "contemporáneo" hace cincuenta años con la revolución de las comunicaciones de hoy. No vendría mal que para un tiempo nuevo como el presente se buscara otra definición. Pero que no sea esa "de las tecnologías", que nos recuerda tornillos y todo tipo de desechos informáticos, sino algo más humano y que a la par nos ayude a construir una vida mejor.
Muy próximos están todavía esos días del cambio de siglo en los que comenzamos a pedir abrazos por calles y plazas a cualquier desconocido, ¡y a nadie le extrañaba!, aunque algún cavernícola los pusiera en duda tachándolos de "mariconadas". Fue una moda exportada por las universidades americanas que llegó a calar hasta en los lugares más insólitos, donde sus autóctonos sólo habían abrazado hasta entonces a perros y gatos. Hubiera sido un acierto su consolidación como una Era y hoy estaríamos hablando de la Edad de los Abrazos.
No obstante, para que aún mereciera ese nombre, deberíamos olvidar lo de las Torres Gemelas, Irak, Afganistán, Túnez, Libia, Egipto, Siria, Ukrania? y los cuerpos de sesenta niños, aún calientes, abatidos a tiros en una escuela de cuyo nombre no quiero acordarme, aunque sea imposible olvidar. Con esa criba tengo derecho a pensar que con algunos dirigentes ni siquiera se sale de la Edad Antigua. Por tanto, dejemos de tratar la pretendida Era de manera cosmopolita y volvamos a España, a los pequeños detalles, y preguntémonos si nuestro país está en la Edad de los Abrazos.
Catorce años hemos pellizcado ya al presente siglo y la hiel del terror la incorporamos a la eterna memoria con aquel golpe mortal del 11-M, donde hubo un total de 190 tragedias. El próximo día 11 se cumplen diez años. Yo creo que aquel día tocamos fondo y hasta el 2014 ha ido "in crescendo" la indignación, mucha indignación, pero por fortuna pacífica. Vale, podemos decir que llevamos diez años en la Edad de los Abrazos, aunque éstos se hallen edulcorados en un componente de "mala leche".
Si ponemos algunos ejemplos de abrazos con esa baba, uno de ellos lo tenemos en Barcelona, donde un príncipe, el Príncipe Felipe, se quedó como una estatua, con la mano abierta y tendida durante eternos segundos por mor de la provocación de un empresario que quiso entrar de polizón en su biografía. Quizá quiso mostrar, negándole el saludo, que el príncipe era un robot "desmanado". Sin embargo, don Felipe, como si fuera el tío Leandro, alzó la cabeza ante el oportunista y le tendió su mano por segunda vez. En otros tiempos, con estos gestos se formaban célebres aforismos dignos de Mark Twain o Winstorn Churchil: "Las manos de los grandes hombres permanecen siempre abiertas".
Otro ejemplo de abrazos nos sitúa en Madrid junto a esas Femen que a su manera protestan por la "ley Gallardón" sobre interrupción del embarazo. Era su día "D" de desnudo, en el que las chicas buscaban con dos razones la rendición del Rvdmo. Cardenal Rouco Varela. Todo un esperpento digno de Valle: el séquito del cardenal tocando la piel de la guitarra por vez primera, éstas coreando su ya clásico "el aborto es sagrado" y una novicia cantando una salve, con crucifijo en mano, para exorcizar al diablo. Sí, es un esperpento, pero no para celebrarlo. No vale todo para defender unas ideas. Y con el debido respeto al señor Rouco, quiero pensar que el Papa Francisco se hubiera parado unos segundos para escuchar algo más que "el aborto es sagrado" y ese gesto hubiera dado la vuelta al mundo, pues la verdad es que nadie sabe los conocimientos médicos, sociológicos o jurídicos hasta donde llega la protesta de las Femen, pues si se trata, sin más, de retirar la "ley Gallardón" somos muchos los que estamos de acuerdo. Si es volar más allá, creo que no es necesario.
Comenzamos nuestro artículo hablando de la Edad de los Abrazos, ¿pero vestidas con esa piel? Creo que existe una sola moral, no dos, y los límites los sabemos todos. No sé si habrán oído hablar de aquel Ejército, no el español, que utilizaba chicas en cuero para la deserción del enemigo.
El sábado es el Día de la Mujer Trabajadora, y ya es bastante la utilización que se hace de la mujer, como para que las Femen enojen a las luchadoras de toda la vida con la venta de morbo en los telediarios.
(La ilustración es obra del excelente pintor valenciano Juan Genovés).