Admirables. Supongo que el slogan publicitario de su última campaña 'Lo único capaz de salvar a un ser humano es otro ser humano' responde a la intención de la ONG, a su visión del mundo y de la vida. De hecho, solo una mujer, mi vecina de entonces en la C/. Volta, la madre de Ernesto, según me ha contado él, salvó mi vida cuando estaba a punto de asfixiarme en mi cuna porque la sartén en que mi madre estaba cocinando se prendió fuego mientras ella tendía la ropa en el patio, a escasos metros. Pero no me salvó del todo, porque sólo un ser humano, Paco, mi monitor de tiempo libre, me salvó de morir ahogado cuando estaba aprendiendo a nadar en el Tormes -¡Ay, entonces se podía!-; para él fue solo un empujón en mi espalda, entre risas, para que hiciera pie en la traidora orilla. Pero no me salvó del todo, porque el equipo de Urgencias del Hospital General de Soria -¿Por qué no consigo recordar sus nombres?- tuvo que emplearse a fondo con mis riñones paralizados a raíz del accidente automovilístico en el que mi conductor, un francés de origen español que me traía en autostop de regreso luego de una de mis estancias veraniego-laborales en París, tuvo reflejos eléctricos para salvarme dando un volantazo y esquivar al camionero dormido que se nos venía encima en una curva cerrada en Arcos del Jalón, aunque fuéramos a dar con los riñones contra una pared de hormigón que, al menos, no se movía en nuestra contra a ochenta por hora. Pero no me salvaron del todo porque un cirujano de guardia del Hospital Clínico de Salamanca ?no estaba yo para preguntar nombres en aquel momento- logró resolver felizmente la peritonitis que me tenía más p'allá que p'acá, aún a costa de atiborrarme con la misma cantidad de antibióticos que necesita una vaca de peso mediano. Les estoy muy agradecido y mucho he tardado en hacerlo público, mas ninguno de ellos podrá salvarme de la enfermedad final. Puede que antes tenga que ampliar mi lista de salvadores, pero alguno habrá que, a la postre, no pueda hacer nada y tenga que rendirse a la evidencia de la muerte.
¿La salvación es sólo aplazar la muerte? Ahora que la Ciencia descubre nuevas dimensiones de la realidad ¿no habrá otras dimensiones de la salvación de los seres humanos, la mía por ejemplo, que no esté en manos de otro ser humano? Con todo el respeto a 'Médicos sin Fronteras', me da que hay otras fronteras de la salvación que no están en sus manos, ni en las mías. Claro que no tengo especial problema con su slogan porque Jesús de Nazaret es humano. ¿Cómo hubiera podido morir en una cruz si no lo fuera? De ese Hombre sí espero salvación definitiva. Los otros seres humanos ya me han salvado demasiadas veces. Y las que, tal vez, tengan que salvarme en un futuro próximo. ¿Mañana mismo?