Tirar con pólvora ajena

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha declarado nulo el Plan Especial de Protección del Río Tormes y Arroyo del Zurguén, que aprobó el Ayuntamiento de Salamanca en 2010. El recurso fue presentado en su día por eQuo-Los Verdes Europeos, la Asociación Tormes SOS y la Asociación Vecinos de Tejares contra el referido Plan Especial [http://bit.ly/1gnwWso].

¿Qué significa esto? Que el Ayuntamiento de Salamanca ha vuelto a meter la pata una vez más, y van? Cuando de medio ambiente se trata, o voy a decirlo más claro, de hacer proyectos con mucho dinero por medio, se les ponen los ojos como platos, figura del dólar incluida en la retina, y no tienen el más mínimo empacho en saltarse a la torera todo tipo de protecciones, planes urbanísticos y cualquier otra zarandaja, de esas que pretenden proteger a la ciudadanía de la rapiña de los patriotas habituales, y se dejan llevar por el ímpetu desregulador.

Una sentencia que viene a decir que el Ayuntamiento está obligado a redactar de nuevo el Plan Especial y a proteger la llamada Pesquera de Tejares. No está de más recordar que el ilegal Plan que se proponían llevar a cabo incluía la construcción de un gran dique de 270 metros de longitud, para lo que habría que invertir una cifra de siete dígitos? como es la que se "ha encontrado" el senador popular Francisco Granados en una cuenta en Suiza. Evidentemente, y ante una cifra de estas, el medioambiente deja de tener la más mínima consideración, aunque, irónicamente, se argumente que la intención es recuperarlo ¿no sería más fácil no arrasarlo? Y ese dinero se puede utilizar para cosas importantes, que beneficien a todos, todos.

Otro proyecto que quieren sacar adelante es el de la construcción de un parking en Comuneros. Particularmente, me resulta llamativo el empeño en construir infraestructuras para que la gente utilice el coche. Si, además, le añadimos que estas infraestructuras no suelen tener demanda, véase el parking de la Avenida Portugal, por ejemplo, me hace arrugar el ceño. Una ciudad pequeña, como es Salamanca, y prácticamente llana, debería fomentar otro tipo de transportes alternativos. También hay que tener en cuenta que el porcentaje de mayores es muy elevado, por lo que se podría dotar a la ciudad de un buen parque de vehículos eléctricos, bicicletas, triciclos o sillas para mayores, dándoles prioridad frente a los coches.

Vivimos en una ciudad de cercanía; la gente no realiza grandes desplazamientos; atravesar la ciudad se puede hacer, tranquilamente, en media hora, con lo que no parece tener sentido incentivar el uso continuo del automóvil. Incluso grandes ciudades europeas, como pueden ser Ámsterdam o Copenhague, han constatado que, además de suponer un ahorro considerable, se reduce el estrés de la ciudad, aumentando el bienestar ciudadano y, por lo tanto, haciendo una ciudad más amable y atractiva para vivir.

Apostemos por abrir la mente hacia ideas que están dando resultado en otros lugares. Olvidemos la cultura del pelotazo, la banderita en la muñeca con cuenta bancaria en Suiza, y empecemos a innovar buscando el bienestar ciudadano. Al fin y al cabo, Salamanca no ofrece otra cosa, de momento, que su tranquilidad, pues está perdiendo población a pasos agigantados, ya que la gente tiene que emigrar a buscarse la vida? pudiendo tenerla aquí.