Un buen amigo, con las ideas muy claras, estudiante, trabajador y emprendedor (todo a la vez) me ha comentado algo que vengo percibiendo desde hace tiempo. La falta de oportunidades en el mercado laboral y el exceso de títulos acumulados que tienen nuestros iguales, hace que los estudiantes se mantengan en una inercia laboral pasiva.
Los estudiantes continúan con su propia inercia, la inercia de los estudios, buscando un Máster en el que apuntarse o una especialización, esperando a estar más preparados para la entrada en el mundo laboral. No es precisamente lo que le sucede a mi amigo, que estudia un Máster sin dejar que sea una limitación para ponerse a la acción. Sin embargo, sus amigos le transmiten que ven en él una persona con energía alta e ilusión, mucha ilusión.
No tengo ninguna fórmula secreta, pero sí sé que podemos sacar aprendizajes de la teoría y también de la práctica. Podemos ponernos en acción con el único fin de aprender. Yo mismo hace unos años, decidí invertir en bolsa, pero me vi en la tesitura de si hacer primero un curso para recordar lo que aprendí en la carrera o me metía directamente a invertir.
El problema lo resolví rápidamente. Tenía 10.000 euros que podría invertir en un Máster, tras el cual no me quedaría dinero con el que poner en práctica mis conocimientos? o invertir los 10.000 euros directamente en bolsa, y si los perdía, me hacía a la idea de que se los había pagado al mejor maestro, al maestro de la vida. El resultado final, en el peor de los casos, sería el mismo, tendría 10.000 euros menos y más conocimiento, entonces? ¿qué diferencia hay? ¿qué hace a una situación mejor que otra?
Desde mi punto de vista, que con el aprendizaje directo en el mercado aprendería de una forma diferente. Aprendería desde la experiencia y no desde la teoría. Mis emociones estarían involucradas y si esto era así, sería una lección difícil de olvidar. La lección del profesor ya había conseguido olvidarla una vez y estaba seguro de que podría volver a olvidarla.
Comencé con mucha ilusión, pero no por eso hacía buenas inversiones. La primera semana perdí 5.000 euros y pensé: "guau, menudo máster más bueno! En dos semanas voy a aprendelo todo!" Obviamente, algo estaba fallando y tuve que frenar, ir más despacio, leer algún libro y comenzar de nuevo. Pudo haber terminado en el peor escenario posible que por otro lado yo mismo ya había puesto sobre la mesa. Por fortuna para mi, no fue así. Aprendí de mis errores y me repuse. Me gustaría decir que gané un montón de dinero, pero sería mentira. Cuando recuperé mi capital, decidí dedicar el dinero a otro proyecto.
Pasado el tiempo me doy cuenta de que la ilusión me viene, no de las ideas, sino de poner en práctica éstas ideas. Al final, sé que me ilusiona cualquier proyecto nuevo que empiece, tan sólo por la posibilidad de ponerlo en práctica, y cuando ese nuevo proyecto tiene que ver con mi propósito de vida, entonces esa ilusión de la que os hablo, se ve multiplicada por 100.
Así que esto es lo que a mi me funciona: No esperar a ser perfecto para ponerme en acción y la ilusión de involucrarme en proyectos propios o ajenos que están acorde con mi propósito de vida.
Tal vez también te funcione a ti. Prueba. Busca un proyecto y ponlo en marcha sólo con la intención de experimentar, de aprender desde la experiencia. Prueba y mira qué es lo que pasa. Seguro que, como mínimo, algo aprendes.