Cada día que pasa me siento más desconcertada, más disgustada y, en el fondo, más cansada. Una ha llegado al hartazgo con tanta noticia deplorable y con tanto dolor en la sociedad civil.
Uno de estos días al leer la prensa pensé que, de pronto, había retrocedido en el tiempo y que era el 28 de diciembre, pues la noticia que estaba leyendo no me sugería otra posibilidad y me dije: es una broma, ¡cómo al ministro de Industria se le va a ocurrir cobrar la luz por horas y con un precio variable según la hora! Es un sinsentido, una locura, vamos, una inocentada. Pero la fecha escrita en el periódico me situó en la realidad. No era el día de los inocentes y no era una broma. Era una estúpida medida salida del ministerio de Industria. Y esto me llevó a preguntarme: ¿pero no está el señor ministro rodeado de asesores con súper sueldos por su valía? Porque la "genial" idea dudo que haya salido de la mente ministerial. Concluí, estupefacta, que vaya manera de tirar el dinero, que a los ciudadanos nos cuesta tanto ganar, en mentes no tan preparadas como nos cuentan.
Pero lo que ya ha terminado por "cabrearme" muy en serio, como consecuencia de la absurda medida, es que don Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, se larga de España con las inversiones de su empresa, pues dice que ésta "se siente más británica, mexicana o estadounidense que española". Y ole para el político que seguirá en su puesto cobrando un buen sueldo, comisiones, dietas y? no sabemos qué más con mi dinero y con el tuyo, amigo lector.
Y así nos va. Como tenemos pleno empleo y la economía está más que reluciente y todos vivimos contentos y felices con trabajo, casita propia y nos sobra comida? vamos, una pasada (mi mejor sueño): pero señor ministro usted vive de espaldas a la España real, la del paro, la del hambre, la del infortunio? pues de no ser así, no habría tomado una medida que mata.