Para tomar nota

El papa Francisco está teniendo detalles que, dudo mucho, sean aceptados por todos los cardenales, obispos y sacerdotes que en el mundo son y están.

Recientemente ha celebrado en Roma el Sacramento del Bautismo y no ha puesto impedimentos a nadie. Había algún niño hijo de padres solteros o incluso divorciados y no se ha cuestionado nada. El bautismo lo recibe un niño. Los padres y padrinos se responsabilizan de su educación cristiana. La soltería o el divorcio no acreditan la falta de fe o compromiso cristiano. Que tiren la primera piedra los casados por la Iglesia, si sólo eso es garante de su responsabilidad y compromiso de educar en la fe y los valores cristianos.

Dudar de que toda la jerarquía eclesial haya aceptado esto, obedece al conocimiento de muchos casos en los que han negado la administración de este sacramento, por similares razones y otras más pintorescas. Y pintoresco es que el cura del pueblo se niegue a bautizar al hijo, porque el padre se niega a darla la fanega de trigo que es tradición y, parece ser, obligación. Con el tiempo, claudicó el cura, bautizó al hijo y el padre no entregó la fanega de trigo. No hace tatos años de esto. En un pueblo de la Armuña, el mío.

El Papa Francisco está demostrando sentirse muy próximo a los problemas de la gente, que son los mismo problemas que debe encarar y buscarles solución la Iglesia. Dar la espalda a la realidad, cuando estamos observando que dentro del clero "se peca" y se deja mucho que desear? es de una hipocresía intolerable. Todos somos humanos, y como humanos, fallamos. Pero que el clero no se ponga cerril en determinadas cuestiones, cuando nos falta su ejemplo y su compromiso personal y vocacional tantas veces.

El papa Luciani, aquel de la sonrisa, que en 33 días tenía perfilado un gran vuelco en la Iglesia (poner orden en el IOR o Banco Vaticano, purgar la Curia, cuestiones tan delicadas para la Iglesia como el divorcio y los anticonceptivos? y muchas, muchas más) entre el cardenal Villot, el cardenal Cody, arzobispo de Chicago, un tipo amoral, como su protegido y Presidente del IOR , monseñor Marcinkus (el banquero de Dios) y algunos más, se lo quitaron de en medio, cuando apuntaba una reforma necesaria y urgente en la Iglesia. Juan Pablo II no recogió el testigo de su antecesor, tardó demasiado en cesar a Villot y Marcinkus, y corrieron un tupido velo sobre el Papa que conquistó al mundo nada más salir al balcón, como ha pasado con el papa Francisco.

El concilio Vaticano II, que puso en marcha el bueno de Juan XXIII, no ha logrado las reformas que se esperaban en la Iglesia. Hubo unos años de cierto ambiente, pero todo fue quedando en agua de borrajas. Juan Pablo II hizo más referencias durante su Pontificado al Concilio de Trento que al Vaticano II, en el que fue ponente, creo recordar.

El papa Francisco es valiente, sencillo, humano, pobre, con los pies en el suelo. A ver si le dejan hacer y "le dan tiempo" para hacerlo. Este hombre merece la pena. Y si está escandalizando a cardenales, obispos y sacerdotes, como el falangista de León, ese que se atreve a decir que el cáncer del señor Zerolo es un castigo de Dios, si se escandalizan, digo, de lo que hace el Papa, es que vamos por el buen camino.