En el vestíbulo del "día del periodista y del periodismo", me resulta gratificante el redactar unas líneas en referencia a esa profesión y a esos profesionales que se dedican al acercamiento de la noticia el resto de vecinos, ciudadanos o próximos, de aquellos expertos o técnicos que están al servicio de la información, de la publicidad de los hechos, como espectadores de la realidad para aproximarla al resto.
Me siento, personalmente, muy próximo a aquellos que se dedican al periodismo, de los informadores, como alguien que se permite, le permiten, opinar de la realidad y que observa de cerca cómo ejercen su profesión estos artistas de la vida, estos contadores de lo que sucede, con los que colaboro, muy gratamente, en esa otra faceta del servicio público, que no de periodismo, que es la opinión personal.
Soy un privilegiado que desde muy cerca, desde hace ya más de una década, en atalayas no alcanzables a todos ?incluidos algunos opinadores-, he podido observar cómo trabajan estos profesionales, en condiciones personales muy duras, en un ambiente hostil, evitando todas las dificultades propias, económicas, profesionales y de los actores de la noticia, ante exigencias de la empresa, de los compañeros, de la sociedad de un nivel inaceptable. Les he visto cómo han llegado a jugarse la profesión, enfrentarse a quienes quieren ocultar la realidad y avanzar con la información hasta el final; pero, también, he visto mucho vago, mucho limitado a recoger el teletipo o la convocatoria de prensa y hacer trabajos muy mediocres que perjudican la profesión y que algunos, en un equivocado corporativismo, esconden, promocionan o defienden.
Tiempos difíciles para una sociedad carente de fondos morales, económicos y éticos, en los que el periodismo se hace tan difícil como cualquier otra profesión, en las que hay que luchar con propios y extraños; pero que, como en el resto, sólo sobrevivirá el preparado, el sólido personal, moral, ética y profesionalmente, que defienda su profesión.
Siempre con los periodistas, el periodismo y la información veraz, trabajada, elaborada, sin miedo, pues este último lo único que busca es paralizar la verdad, y con los que se dedican a ello de forma honrada, prudente y sólidamente.