No se preocupe que yo tampoco he aparecido por el gimnasio, como usted y la mitad de los que se prometieron que este año, si que si; menos mal que me permitieron aplazar la cuota, por eso de la crisis y ahora me voy a borrar, porque al reestructurar la agenda, no me queda tiempo. Si la semana siguiente de reyes la utilizamos para cambiar y devolver regalos, la siguiente deberíamos poder deshacer propósitos, porque vamos a ver, usted no va a ir clase de chino, que no, que se lo digo yo, aunque nos hayan convencido de que ahí está el futuro, ni a alemán, ni a aprender punto de cruz para reproducir las meninas en su salón, ni a yoga, ni va a hacer la dieta esa que apuntamos todos y que nos prometía que en semana santa estaríamos irreconocibles; irreconocibles estamos ya, con los tres kilos que hemos cogido en navidad, enfadados porque en rebajas nos quedamos sin el abrigo elegido y además discutimos el último día por el roscón, que si de nata, de crema, de dulce de leche, de? pero por dios qué variedad de roscones hay ahora.
La lista de propósitos suele ser interminable. ¿Les cuento la mía? Bueno la mía más que de propósitos, es de sueños, yo este año quería un entrenador personal, como las famosas (Y famosos imagino). Llegas a casa derrengado del trabajo, si lo tienes, o de buscarlo, si no lo tienes, y te espera con el chandal extendido, (esto del chandal suena antiguo) y una y dos?eso es otra cosa; ahora flexiones, luego abdominales y bueno que se dedican a ti en cuerpo y alma y eso a quien no le gusta, yo quería uno, pero el presupuesto no me da, y que no conozco a nadie. ¿Aquí en Salamanca hay entrenadores personales? . Desanima mucho hacer propósitos y que se deshagan entre los dedos, pero aún así seguí con la cosa; estar más tranquila, ser más ordenada, leer más y mejor, hacer meditación, leer más poesía?cuidar más a los amigos-as, pero nada? todo se me ha puesto cuesta arriba y creo que no me queda fuerza de voluntad ni para repasar las rimas de Becquer. Y es que es increíble que a pesar de los años creamos que de un día para otro algo puede cambiar, como si al día siguiente de amanecer el 2014 o el 7 de enero por la mañana el que se levantara de la cama fuera otra persona, recién estrenada, lista para enfrentarse al año con toda la artillería dispuesta y diciendo conmigo no van a poder, este año el mundo me lo como yo.
Deberían hacer un estudio, los que se dedican a estas cosas, de porque fracasan siempre los propósitos navideños ¡ah! ¿Que hay varios? Me lo temía ¿y por qué fracasan?. ¿Por qué los hacemos entre copa y copa? ¿Por qué la euforia de estar en familia y de haber podido resistir sin llegar a las manos con tu hermano o tu cuñada te ha dado alas y te sientes capaz de todo? ¿Por qué las comidas navideñas llevan un ingrediente secreto que nos hace más tontos? . Pues por todo eso y porque la realidad se impone el 7 de enero y nos da un par de bofetadas para despertarnos del sueño. Y es que tanto, A Belén pastores tiene que ser malo, yo lo he dicho siempre, y he reivindicado una semana de terapia para los pobres trabajadores del comercio que llevan dos meses con el soniquete, que lo mire el sindicato de la cosa por dios.
Así que desde aquí se lo digo rompa la lista de propósitos y diga más chulo que un ocho, propósitos, qué propósitos, yo este año no he hecho ninguno, vamos quería acabar con la crisis, pero como solo no puedo?Y luego mire a su alrededor y de gracias por lo que tiene y acuérdese cada día de los que no tienen nada y como único propósito hacer algo por los demás, se lo digo por si le vale, es lo que yo he hecho. Feliz año. Y lo del gimnasio lo dejamos para semana santa, anda que no queda tiempo