La vuelta a la democracia en nuestro país en los años 70 después de casi 40 años de Dictadura ha mantenido a lo largo del tiempo una serie de perversos tics antidemocráticos que en momentos de crisis política, social y económica como la de ahora han vuelto a florecer y extenderse poniendo no solo en cuestión las bases del sistema democrático, sino llamando literalmente a un "salvador providencial" que resuelva los problemas que los políticos no son capaces de resolver.
Estos tics antidemocráticos a los que me refiero y que hoy en día son moneda común en todas las tertulias son: Todos los políticos son unos corruptos, todos los políticos son Iguales, todos los partidos políticos son un conjunto de chupones que se aprovechan de los ciudadanos porque "no nos representan" y añadido a eso los sindicatos no defienden a los trabajadores.
Ciertamente, la crisis de las instituciones políticas y sindicales en toda Europa es notable.
La necesaria evolución de los partidos y de los líderes políticos o sociales y su cercanía a las demandas de los ciudadanos no se ha llevado a cabo y hoy día tenemos un sistema partidario altamente oligárquico que convierte a los ciudadanos en meros receptores de unas políticas que no han sido consultadas.
Al mismo tiempo, los militantes y simpatizantes de los partidos son una mera correa de transmisión de los eslóganes de los dirigentes políticos.
La democracia se ha empobrecido notablemente puesto que los dirigentes políticos actúan dentro de una burbuja formada por una camarilla aduladora. El autismo político trae como consecuencia el alejamiento de la ciudadanía de unas maquinarias de poder que no responden a los intereses de los ciudadanos, y esa es una de las razones del malestar existente en nuestro país que han sabido expresar acertadamente distintos movimientos sociales.
Sería necesario para restablecer la confianza de los ciudadanos en los partidos y las instituciones democráticas que los Partidos políticos reflexionaran sobre lo que esta pasando asumiendo con urgencia propuestas ciudadanas tendentes a sanear nuestra democracia mediante cambios legislativos profundos. Y junto a ello asumieran un compromiso ético anticorrupción y una responsabilidad política por sus actos.