Descubrirnos a nosotros mismos

Se quiere, se ama, sólo lo que se conoce. Por esta razón, entre otras, los castellanos y leoneses sólo queremos a nuestra provincia. A Castilla y León la miramos con indiferencia. Sencillamente porque no la conocemos, además de la distorsión que genera la política, aspecto que en esta ocasión no voy a entrar.

Por este motivo se hace obligatorio que los responsables de asunto cultural y turístico de Castilla y León, o sea, la consejería del ramo, con Alicia García a la cabeza, estos días atrás ocupada con INTUR, la feria de turismo de interior, pongan en marcha una campaña meditada y pensada para que los zamoranos conozcan la provincia de Burgos, los burgaleses conozcan Zamora, los salmantinos Soria, los sorianos Salamanca o los leoneses Segovia. Las gentes de Castilla y León necesitamos hacer cruce de caminos, valorar al vecino y apoyar a los de casa. En el fondo, una versión del aforismo griego "conócete a ti mismo", atribuido a Sócrates y lema central del templo del Oráculo de Delfos.

Una campaña para conocer Castilla y León, para ir más allá de la anécdota y del tópico, para conocer a gentes que pensamos que son tan iguales y que, en cambio, son muy diferentes. Nos une el castellano, la religión, el modo de vida, las fiestas, el carácter y muchos agentes geográficos, pero nos separa la política mal entendida, los intereses creados, los fantasmas del pasado, el desconocimiento y la incomprensión. Por eso, ahora más que nunca, hay que apostar por Castilla y León, por sus gentes. Tenemos que conocernos más, de la misma manera que debemos descubrir España antes de perdernos en otros países del mundo. Está muy bien ser cosmopolitas, tener una mentalidad abierta, pero lo lógico en conocer primero nuestra propia casa, nuestro propio pueblo. Hay turistas que no hay descubierto en profundidad la catedral de León, Burgos, Segovia, o Zamora, y se van a hacer fotos, como si descubrieran la pólvora, a sitios que ni les van ni les viene, todo con el fin de darle después la paliza a los familiares y amigos.

Ya sabemos que para gustos están lo colores, pero en este momento de crisis hay que comprar turismo español y de Castilla y León, de la misma manera que no está demás mirar las etiquetas de los productos del mercado y comprar, en iguales condiciones económicas, lo de aquí, por Tierra de sabor, por nuestras denominaciones de origen y por tantos productos de calidad. No debemos ponernos la boina y ver sólo lo que ofrece el campanario, que vivimos en un mundo globalizado, sin fronteras, pero la España actual está demostrando mucho egoísmo autonómico y nosotros no podemos seguir siendo quijotes eternos. Sí a la solidaridad con el resto de España, pero sin olvidar que "primero es Dios que todos los Santos". Recientemente he estado en Andalucía y sus supermercados "El Jamón" tienen más del 90% productos de esa tierra. Y no se recatan en hacer campañas directas de que su gente compre exclusivamente esos productos. Pues, lo dicho, como diría Quevedo, "hay que abrir el ojo que asan carne". O sea, hermanos sí, pero primos no.

Conocer España es conocer Castilla y León, y la obligación de nuestras autoridades, competentes e incompetentes, es estimular ese conocimiento.Desde la escuela, desde el colegio, desde la Universidad. Toda edad es propicia para adentrarnos en nuestra geografía, en nuestros ríos, en nuestros lagos, en nuestra gastronomía, en nuestro patrimonio cultural ( nada menos que el 65% del total de España), en nuestros pueblos y ciudades, en nuestras montañas. Castilla y León, no me cansaré de repetirlo, es un mundo en el mundo, una pequeña Italia, un gran poso de historia, un sentimiento de orgullo, que no está reñido con la humildad y la austeridad que nos caracteriza. Necesitamos sentirnos fuertes, y nunca olvidar la frase que reza a la entrada de Sepúlveda: "aquí nadie es más que nadie". No somos menos que nadie, pero tenemos que convencernos.

Necesitamos un psiquiatra argentino para que nos saque de esta mentalidad un tanto apocada, abandonados a la suerte. Y más en turismo, que exige siempre imagen, alegría, satisfacción, felicidad, fuerza. Somos un pueblo que nos avala el pasado, de gente que nunca dio la espalda al trabajo, que supo a lo largo de la historia afrontar de frente las dificultades. Podemos ser pobres, de hecho cada día lo somos más, pero nunca demostrarlo. Tampoco ser nuevos ricos, que ya sabemos a dónde nos lleva. Lo que debemos es poner en valor lo que tenemos que es mucho, aguzar el ingenio y enseñar nuestros tesoros. Eso se llama vivir, por eso Castilla y León es vida, y lo tenemos que demostrar. Pues adelante, que justamente ahora es cuando no podemos dar un paso atrás en turismo, sino lo contrario, dos pasos adelante para ganar los próximos 50 años del futuro. O más.