La fiesta del Niño Jesús de Praga resurge por segundo año consecutivo con toda su fuerza y...
Los Carmelitas repartieron más de 200 bollos dulces y doscientas naranjas, una tradición peculiar de esta festividad
Por segundo año consecutivo y tras un parón de casi medio siglo, los Carmelitas de Alba de Tormes organizaron la fiesta del Niño Jesús de Praga, algo que era muy tradicional en la vida de esta familia religiosa y que en la villa ducal se venía haciendo desde finales del siglo XIX, aunque los comienzos oficiales de la cofradía del Niño Jesús de Praga datan exactamente del año 1909.
Al mediodía se celebró una misa solemne en la iglesia de la Anunciación, que estaba abordada de niños, padres y gente joven. Frailes y monjas carmelitas participaron en comunidad, pero los verdaderos protagonistas fueron los niños que hicieron moniciones, preces y oraciones.
Al finalizar la misa, volvió de nuevo procesionalmente la imagen del Niño Jesús a recorrer las calles de Alba de Tormes, para posteriormente volver a la iglesia de la Anunciación. Y fue allí, al final de todo el acto, donde se entregó a cada niño, como obsequio del Niño Jesús, un bollo dulce y una naranja, el gesto más tradicional y que nadie en Alba de Tormes olvida de los tiempos pasados.