Ajedrez en Salamanca (años ha)

El pasado verano tuvo lugar en Noruega la edición número 41 de la Olimpiada de Ajedrez, en la que la selección masculina española (Paco Vallejo, David Antón, Iván Salgado, Miguel Illescas y Renier V. Igarza) tuvo una gran actuación al terminar en la décima posición entre 177 equipos participantes. Destacó sobremanera el joven Paco Vallejo, primer tablero español, que jugó las once jornadas y sumó ocho puntos para la selección, con una sola derrota ante el búlgaro Topalov (residente en Salamanca y que fue el mejor jugador individual). El equipo femenino también tuvo una actuación destacada al conseguir el decimotercer puesto entre los 133 equipos de su categoría.

Las nuevas tecnologías permitían seguir las partidas en directo, con análisis de computadoras que en cada movimiento mostraban quien tenía una mejor posición. Seguir algunos días estas partidas me hizo retrotraerme a hace mucho tiempo, treinta años atrás, cuando jugar al ajedrez era mi afición principal.

Como anécdota permitidme que os comente que aprendí a jugar casi con trece años, muy tarde, en el local que el PCE tenía en la c/ Ayala, donde vivía, y en el que la persona encargada del mismo, Marcos, nos enseñó a jugar a varios amigos. El juego me llamó la atención desde el principio y al llegar al Instituto Mateo Hernández me uní al equipo de ajedrez, junto con cinco compañeros de 3º de BUP, llegando a ganar nuestro centro la fase provincial de los juegos escolares. Una inoportuna operación de apendicitis me impidió disputar la fase regional que ese año, 1983, se jugó en Palencia. Como en esa categoría escolar solamente podían competir estudiantes de los tres cursos del antiguo bachillerato, al año siguiente rehicimos el equipo y lo formamos seis compañeros de clase de 2º de BUP (me acompañaron los gemelos Ángel y Jesús, Avelino, César y Jorge). De manera autodidacta, sin ningún entrenador, fuimos mejorando poco a poco y al curso siguiente conseguimos quedar campeones de Castilla y León en categoría juvenil en Segovia.

Esta participación en los juegos escolares nos permitió a los seis inmiscuirnos en el mundo del ajedrez provincial. Participamos durante algunos años en los campeonatos provinciales de segunda categoría, en el campeonato juvenil y en varios torneos. El Casino y el Ateneo eran nuestros lugares de referencia los fines de semana, bien porque teníamos que jugar alguna partida o porque íbamos a ver jugar el equipo que representase a Salamanca contra equipos de otras provincias. Hicimos amistad con Augusto Lopez de Maturana, representante provincial de la Federación de Ajedrez, y aprendíamos con las partidas de algunos de los mejores jugadores provinciales de la época: José Luis López "Plátano", Fernando Sánchez, Miguel Ángel Sánchez Quiroga o mi colega Pascual Cutillas. Compartí tablero, y hasta le gané alguna partida, a Amador González, que con el tiempo ha sido un buen jugador a nivel nacional.

Llegado a la Universidad, era imposible compatibilizar el ajedrez del nivel que había alcanzado con los estudios de Matemáticas y, aunque mantuve durante años la licencia, tan solo jugué defendiendo a la Facultad de Ciencias algunas partidas en los campeonatos universitarios. En esa época la Universidad apostó por el ajedrez y durante años se disputó en Salamanca un torneo en el que participaron grandes ajedrecistas, como Judith Polgar, que sin duda ha sido la mejor ajedrecista de la historia y ha anunciado su retirada después de la pasada olimpiada. Ojalá nuestra ciudad vuelva a ser pronto noticia por organizar torneos de ajedrez que sean referencia internacional.