Martes, 30 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Los recuerdos de niñez de Unamuno
X

Los recuerdos de niñez de Unamuno

Actualizado 30/12/2025 10:21

Contaba la escritora mexicana Elena Poniatowska que, de niña, le preguntó a su madre por las circunstancias de su nacimiento, y Doña Paulette, princesa Poniatowski, le contestó muy elegantemente que no se acordaba de nada porque estaba de cacería. Creo recordar que Gila, a quien mi padre admiraba, también hacía un chiste parecido. De ahí que haya disfrutado tanto releyendo las memorias de Unamuno -¿Qué texto suyo no tiene de sí mismo, sangre y piel a jirones autobiográficos?- que se inicia con una deliciosa obviedad: Yo no me acuerdo de haber nacido. Esto de que yo naciera –y el nacer es mi suceso cardinal en el pasado, como el morir será mi suceso cardinal en el futuro-, es cosa que sé de autoridad, y además, por deducción. Leer Memoria de niñez y mocedad es un ejercicio bellísimo de rememoración y también una forma de acercarse directamente a la obra y vida de quien forma parte de nuestra naturaleza salmantina.

El padre amantísimo, el abuelo entregado, perdió a su padre antes de cumplir los seis años. La orfandad, que también comparte con la historia de mi padre, hace de los hombres en ocasiones seres familiares, nostálgicos, dolorosamente conscientes de la falta. En los cuadros del pintor salmantino Vidal González Arenal, también huérfano, los hombres del campo charro sostienen a los hijos en el regazo, extrañamente amantes, las madres en segundo plano. Miro las fotografías de ese Unamuno serio y feroz con los nietos arracimados en torno a su persona, leo los exquisitos poemas familiares de un hombre emocionado por la infancia y pienso en ese hueco infinito de quien no tuvo, por las razones que sean, el apoyo que tanto precisa el niño. Un niño, rememora Unamuno, que recuerda haberse escondido tras un mueble para escuchar a su padre, quien hablaba con una visita en francés. Ya desde antes de mis seis años me hería la atención el misterio del lenguaje, ¡vocación de filólogo!

Camino de la finca gallega de su familia materna, la pequeña Carmen Martín Gaite ve por la ventanilla del tren pájaros que vuelan por el cielo juntándose y separándose como letras en la página. Y piensa que así son las palabras, infinitas. Protagonistas de la ciudad, de nuestro recuerdo y paseo, ambos autores descubrieron bien niños la magia inagotable del lenguaje, la gracia de la escritura, de la imaginación, de esa forma de vida fecunda que va a ser la suya hasta la muerte.

La navidad, tiempo de niños felices y agotados de luces, regalos y azúcar, nos recuerda la niñez y mocedad de quienes admiramos. Niños fascinados por el lenguaje que se convertirá en su respiración, su forma de vida. Celebremos su vida, su memoria, su recuerdo, su página leída. Leamos y reconozcamos que supieron escribirse y escribirnos, habitarnos y dejarnos el eco de su genio. Nacimos y leímos y que sigamos… leyendo y admirando.

Charo Alonso. Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.