La Diócesis de Ciudad Rodrigo clausura el Año Santo con una multitudinaria celebración en la Catedral
El Cristo del Silencio volvió a San Pedro y San Isidoro en una concurrida procesión que evocaba a la Semana Santa y, que 'chocaba' con los adornos de Navidad
La Catedral de Santa María se convirtió este martes, 30 de diciembre, en el corazón espiritual de la Diócesis de Ciudad Rodrigo al acoger la solemne eucaristía de clausura del Año Santo 2025, conocido como "Jubileo de los Peregrinos de la Esperanza". El templo se vio colmado por numerosos fieles y por prácticamente la totalidad de la Curia civitatense, congregados en torno a su obispo, monseñor José Luis Retana, quien presidió la ceremonia en un clima de recogimiento y honda comunión eclesial.
Con este acto litúrgico se ponía término a un año extraordinario iniciado el 11 de enero de 2025, que ha marcado de forma profunda la vida pastoral de las comunidades parroquiales de la diócesis. Un tiempo de gracia concebido para renovar la fe, fortalecer la experiencia de la reconciliación y profundizar en el encuentro personal y comunitario con el Señor. A lo largo de estos meses, la Iglesia local ha respondido a la llamada del papa Francisco a “caminar en esperanza”, esa esperanza que —como recuerda el propio pontífice— “nace del amor y brota del corazón de Jesús traspasado en la cruz”.
Durante el Jubileo se han desarrollado numerosas iniciativas pastorales y celebraciones jubilares que han favorecido la oración compartida, el encuentro fraterno y la vivencia de la misericordia, permitiendo a los fieles acoger con mayor hondura el sentido de este tiempo singular para la Iglesia.
La clausura diocesana se inscribe, además, en la gran comunión de la Iglesia universal, que culminará oficialmente el Jubileo con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en Roma, el próximo 6 de enero de 2026, solemnidad de la Epifanía del Señor. En los días previos se procederá igualmente al cierre de las Puertas Santas de las demás basílicas mayores romanas, signo visible del término de este Año Santo vivido en todo el orbe católico.
Finalizada la eucaristía, la Cofradía del Silencio protagonizó uno de los momentos más sobrecogedores de la jornada: el desclavamiento de la Cruz con el Cristo del Silencio del altar mayor de la Seo colocado el 11 de enero de 2025. Desde allí, la venerada imagen salió por el Pórtico del Perdón e inició una solemne procesión hasta su sede canónica en la iglesia de San Pedro y San Isidoro.
El cortejo, acompañado por el grave y monótono latido del tambor, avanzaba entre la atención de turistas y vecinos de Ciudad Rodrigo, muchos de ellos ajenos a la celebración litúrgica. La escena ofrecía un poderoso contraste: la figura del Cristo crucificado recorriendo el ágora mirobrigense, envuelta aún en los adornos y luces de la Navidad que anuncian el nacimiento, mientras ante los ojos de los presentes se hacía memoria de la muerte redentora. Una estampa de profunda carga simbólica, donde la liturgia y la ciudad, el misterio pascual y la fiesta navideña, se entrelazaban en una misma tarde de invierno.
