Tenerife es la puerta de entrada para millones de turistas a Canarias, pero para los viajeros que buscan naturaleza indómita, cielos inigualables y un ritmo de vida sereno, hay una parada obligatoria: La Palma. Conocida cariñosamente como la "Isla Bonita", es un refugio de biodiversidad, volcanes activos (y recientes) y la joya de la corona mundial de la astrofísica.
Saltar del bullicio de la isla capitalina a la tranquilidad palmera es una de las transiciones más gratificantes que ofrece el archipiélago. Y la forma más cómoda, panorámica y práctica de hacerlo es por mar.
A diferencia de los trayectos cortos entre las islas orientales, la ruta que conecta Tenerife con La Palma requiere más tiempo y planificación, ya que las distancias son mayores. El puerto principal para la salida es Los Cristianos, en el sur de Tenerife, desde donde parten los barcos que enlazan con los puertos palmeros de Santa Cruz de La Palma (la capital) y San Sebastián.
Este viaje de ferry desde Tenerife a La Palma se establece como la mejor opción para quienes desean llevar su propio vehículo. Si bien volar es rápido, el ferri permite trasladar el coche o la autocaravana, lo cual es casi imprescindible para explorar las cimas, los observatorios y los rincones recónditos de La Palma sin depender de autobuses o alquileres adicionales.
La duración de la travesía varía según el puerto de destino, oscilando entre 2 horas y media y 4 horas. Es tiempo bien invertido para disfrutar de las vistas, relajarse en cubierta y dejar atrás el ajetreo antes de adentrarse en la atmósfera de calma palmera.
Al pisar la Isla Bonita, el viajero se encuentra con una explosión de contrastes verdes, acentuados por las laderas volcánicas. El clima es suave, la vegetación es exuberante y el ambiente, tranquilo.
Hay tres grandes atractivos que definen la experiencia palmera:
El éxito del viaje reside en planificar el trayecto marítimo con antelación, especialmente si se viaja con vehículo.
La Palma es un destino para saborear con calma, para desconectar del mundo y reconectar con la naturaleza salvaje. El ferry te ofrece la puerta a esta isla mágica, permitiéndote llevar contigo todo lo necesario para iniciar tu aventura en la isla de los telescopios y los profundos barrancos.
Disfrutar de esta isla en ferry es una experiencia que te permitirá reconectar con el mar, el oleaje, el sol y la playa. Se pierde la costumbre de viajar en barco como antes y es algo precioso que permite detenerte, mirar por la borda y disfrutar de ver la inmensidad del océano y el paso del tiempo en cada ola.