El detenido fue arrestado en la carretera de Ledesma tras su último asalto, tras el que salió huyendo tras ser amenazado con un palo por un empleado
Agentes de la Policía Nacional han detenido a un varón como presunto autor de cuatro delitos de robo con violencia e intimidación perpetrados en un único establecimiento comercial de la capital. El juez ha decretado su ingreso inmediato en prisión tras confirmarse que el individuo utilizó tanto una pistola como un arma blanca de grandes dimensiones para amedrentar a los trabajadores y sustraer un botín total cercano a los 1.000 euros.
La investigación se inició a raíz de un repunte de robos con violencia cometidos a altas horas de la madrugada en establecimientos de la ciudad. Los agentes establecieron un dispositivo específico de búsqueda al detectar un patrón coincidente en tres asaltos previos: un varón de características similares que intimidaba a las dependientas con un cuchillo de gran tamaño y accedía personalmente a la caja registradora para llevarse el dinero.
El desenlace de la operación tuvo lugar tras el último robo, cometido la noche del pasado sábado 13 de diciembre, pasadas las 04:00 horas. Según fuentes policiales, el detenido aprovechó que la puerta del local estaba abierta -había dos clientes en el interior- para acceder al comercio.
Tras preguntar a la dependienta por un producto y recibir una respuesta negativa, el asaltante extrajo una pistola de uno de sus bolsillos para intimidarla. Acto seguido, se dirigió a la caja registradora y se apoderó de los 60 euros que había en su interior.
La situación dio un giro cuando la víctima comenzó a gritar, alertando a otro trabajador que se encontraba en la trastienda. Este empleado salió a la zona principal empuñando un palo y amenazando al atracador, quien, al verse sorprendido, huyó precipitadamente del lugar.
Tras recibir el aviso, los funcionarios policiales se personaron en el lugar y recabaron la descripción física y de vestimenta del autor, quien había actuado con la cara cubierta por una mascarilla. Esa misma noche, una patrulla en servicio localizó en la carretera de Ledesma a un hombre montado en bicicleta que coincidía con los datos facilitados.
Al percatarse de la presencia policial, el sospechoso realizó un giro brusco intentando eludir a los agentes, pero fue interceptado en una calle próxima. Durante su identificación, el varón manifestó espontáneamente que "él no había estado nunca en el establecimiento comercial" donde se había producido el robo, un dato revelador dado que los policías aún no le habían informado del lugar concreto del suceso.
Las gestiones de investigación posteriores permitieron vincular al detenido no solo con el robo del sábado, sino con otros tres atracos anteriores en el mismo local. En esas ocasiones previas, el modus operandi había sido idéntico, aunque empleando un cuchillo de grandes dimensiones en lugar de la pistola.
Tras obtener la autorización judicial, se procedió al registro del domicilio del detenido. Allí, los agentes localizaron:
El montante total de lo sustraído en los cuatro robos asciende a una cantidad próxima a los 1.000 euros. Tras finalizar las diligencias policiales, el detenido pasó a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Salamanca, cuyo titular decretó su ingreso en prisión.