, 14 de diciembre de 2025
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Puri Vaquero, 14 años en el corazón de Prosperidad: "Si cerramos el pequeño comercio, Salamanca se quedará a oscuras"
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TESTIMONIO

Puri Vaquero, 14 años en el corazón de Prosperidad: "Si cerramos el pequeño comercio, Salamanca se quedará a oscuras"

Actualizado 05/12/2025 08:53

Esta salmantina valora la situación actual del sector y defiende el producto nacional y la venta personalizada frente a marcas importadas y la venta por internet.

En el barrio de Prosperidad, al igual que en el resto de barrios de la ciudad, mantener la persiana levantada se ha convertido en un acto de resistencia. Puri Vaquero, al frente de su tienda de lencería y bebé, se erige como una de las defensoras de esa lucha silenciosa que trata de impedir que las calles de Salamanca pierdan su identidad. Su testimonio, forjado tras una vida entera dedicada al sector, es una defensa apasionada de un modelo de negocio que se desvanece. "Una ciudad sin comercio de barrio es una ciudad muerta", sentencia con rotundidad la comerciante, advirtiendo sobre el peligro de un futuro urbano de locales cerrados y calles vacías.

Su trayectoria es la crónica viva del sector en la capital del Tormes. Sus inicios fueron precoces, confesando que comenzó "cuando tenía 12 años, que era ilegal". A los 14 firmó su primer contrato en Brines, un establecimiento emblemático del barrio Garrido donde trabajó durante 25 años. Aquel ecosistema comercial, previo a la llegada de gigantes como Zara o Mango, forjó su carácter. Tras una pausa por maternidad, decidió emprender hace ya 14 años, volcando toda esa veteranía en su propio negocio.

En un mercado saturado por la obsolescencia programada, Puri tomó una decisión estratégica y ética desde el día de la inauguración: la diferenciación radical a través de la materia prima. "Tenía muy claro que yo no iba a traer ropa de China. Esa es la clave de mi negocio", ha afirmado.

Salvo excepciones su catálogo se nutre exclusivamente de marcas españolas e italianas. Esta apuesta por la durabilidad es su principal aval. "La persona que viene a mi tienda sabe a lo que viene. Cuando lo lavas, es donde se nota la diferencia", ha explicado, detallando cómo las costuras de las prendas de baja calidad se deforman tras el primer lavado, mientras que el producto nacional mantiene su estructura.

Vendedoras frente a "perchadoras"

La comerciante salmantina se muestra crítica con la degradación del oficio en las grandes superficies. Según su análisis, el modelo de las multinacionales ha transformado a las empleadas en logistas. "Ellas tienen a las chicas colocando; son colocadoras, son 'perchadoras', no son vendedoras", ha argumentado, lamentando la falta de asesoramiento profesional en esos espacios.

Frente a esa despersonalización, Puri reivindica la honestidad del comercio de vecindad y su filosofía de "cero pegas". "Lo que tenemos la gente de barrio es que tú le dices a la clienta: 'esto no te queda bien, esto no te vale, esto no te lo lleves'". Esta sinceridad ha convertido su tienda en un verdadero centro social donde se crean vínculos de amistad y confianza, actuando en muchas ocasiones como "psicóloga y confidente".

A pesar de la presión tecnológica, Puri se mantiene firme en su negativa a la venta online masiva: "Totalmente cero". Su argumento es logístico, ya que no ve rentable gestionar envíos de productos de bajo coste a otras provincias. Sin embargo, sí utiliza Instagram y Facebook como escaparates virtuales para fidelizar a su clientela local de Salamanca.

Su visión del futuro urbano es de alerta máxima. A la pérdida de tejido comercial suma la presión fiscal y la falta de ayudas gubernamentales como las principales dificultades para el autónomo.

Campaña de Navidad

De cara a la actual campaña navideña, el establecimiento se prepara para sus semanas más intensas. Los productos estrella siguen siendo los clásicos prácticos: "Vendo muchos pijamas, mucho calzoncillo y mucha braga". Tampoco falta la tradición para Nochevieja, de la que Puri se confiesa "fanática": "Animo a toda la gente a llevar la tanguita roja y el calzoncillo rojo y quemarlo después, por favor".

Su mensaje final es una llamada a la acción para los vecinos: "Es imprescindible que la gente apoye al negocio pequeño. Es mejor poca ropa y de buena calidad, que no mucha y de mala calidad".