La decana de la Facultad de Ciencias del Seguro, Jurídicas y de la Empresa de la UPSA, detalla las claves de su modelo formativo 100% online. La propuesta, diseñada desde su origen para el entorno digital, busca combinar la flexibilidad tecnológica con el rigor académico y un acompañamiento humanista para grados como Derecho, ADE y Relaciones Internacionales.
La educación superior ha derribado definitivamente las barreras físicas. Lo que comenzó como una alternativa se ha convertido en una primera opción para un perfil de estudiante cada vez más diverso, que demanda calidad académica sin renunciar a la conciliación. En este escenario, la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha dado un paso al frente con una propuesta que huye de la improvisación: una facultad concebida desde su génesis para el entorno online, evitando la simple digitalización de las clases magistrales tradicionales.
Para profundizar en este modelo educativo, conversamos con Irene Martín, decana de la Facultad de Ciencias del Seguro, Jurídicas y de la Empresa. Martín lidera un proyecto académico que integra titulaciones troncales como Derecho, Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Relaciones Internacionales, bajo una premisa innegociable: la tecnología es el medio, pero el fin sigue siendo una formación integral y humanista que prepare al alumno para un mercado laboral global y tecnificado.
P. Su facultad nació digital, no es una adaptación. Más allá de la flexibilidad, ¿qué ventajas pedagógicas ofrece un modelo 100 % online desde su concepción y qué desafíos específicos presenta para garantizar la excelencia académica frente al modelo presencial tradicional?
R. Nuestra Facultad nació digital con una convicción muy clara: ofrecer formación universitaria rigurosa, flexible y profundamente humana en un entorno completamente online. No hemos trasladado un modelo presencial a un aula virtual, sino que diseñamos desde el origen los grados en Derecho, ADE y Relaciones Internacionales para el formato online, y eso lo cambia todo.
Pedagógicamente nos permite trabajar con un enfoque activo: las sesiones síncronas favorecen el debate y el análisis de casos actuales, mientras que las actividades asíncronas consolidan los contenidos y permiten avanzar con autonomía. Ese equilibrio mejora la participación y la profundidad del aprendizaje. El reto es asegurar excelencia en un entorno digital. Lo logramos con planificación rigurosa, evaluación continua y un acompañamiento muy cercano que evita que el estudiante avance solo.
P. El formato online suele atraer a un perfil de estudiante muy diverso. A partir del contacto que han tenido con sus alumnos, ¿podría describirnos el perfil mayoritario? ¿Qué buscan en la UPSA que no encuentran en la formación presencial?
R. La diversidad es uno de los rasgos más enriquecedores de nuestra Facultad. Conviven jóvenes que inician su vida universitaria con profesionales que buscan actualización; estudiantes que viven fuera de España; alumnos que cursan otros estudios presenciales en su país o en el nuestro mientras se forman con nosotros; y un grupo creciente de estudiantes latinoamericanos. Muchos compatibilizan trabajo, familia y estudios. Lo que encuentran en la UPSA es una combinación poco habitual: rigor académico, flexibilidad real y un acompañamiento humano, una formación integral, que es nuestra seña de identidad.
P. La autodisciplina es clave en la formación a distancia. ¿Qué metodologías y herramientas específicas utilizan para fomentar la participación y garantizar un seguimiento académico riguroso?
R. Nuestra metodología combina de forma equilibrada sesiones síncronas y actividades asíncronas. Las clases en directo permiten el encuentro real con el profesor, la discusión, el planteamiento de dudas y el análisis de casos vinculados a la actualidad. Las tareas asíncronas consolidan el aprendizaje y ayudan a desarrollar constancia y pensamiento crítico.
En Moodle trabajamos con herramientas muy útiles: píldoras audiovisuales breves que fijan conceptos clave, cuestionarios tipo quiz que permiten la evaluación continua, foros de debate moderados que fomentan participación y actividades aplicadas basadas en casos reales. Todo ello se integra en una evaluación continua que realmente acompaña el aprendizaje. Además, el seguimiento individualizado por parte del profesorado y del coordinador de grado garantiza que cada estudiante avance con claridad y apoyo. No pretendemos competir con el modelo presencial, sino cubrir una necesidad de formación creciente.
P. Uno de los grandes retos de la formación online es evitar la sensación de aislamiento. La UPSA destaca en los rankings por su acompañamiento. ¿Cómo se materializa ese apoyo en el día a día para que no se sientan solos frente a la pantalla?
R. Nuestra universidad se caracteriza por esa cercanía. La figura del coordinador de grado es fundamental en ese sentido y, por supuesto, un profesorado comprometido en el día a día. Las sesiones en directo, las tutorías personalizadas y la comunicación constante hacen que la experiencia sea cercana y acompañada.
P. ¿Qué competencias específicas debe tener un profesor de su facultad para conectar a través de una pantalla?
R. Un profesor online debe comunicar con claridad, dinamizar grupos, manejar herramientas digitales y tener sensibilidad para detectar cuándo un estudiante necesita apoyo. Les ofrecemos formación interna, apoyo metodológico y acompañamiento técnico para que su labor sea eficiente.

P. ¿Cómo se adaptan carreras tan consolidadas como Derecho, ADE o Relaciones Internacionales a las nuevas competencias que demanda el mercado, como las habilidades digitales o la gestión en remoto?
R. Nuestros grados están completamente conectados con la realidad profesional actual. En Relaciones Internacionales se preparan perfiles capaces de analizar un mundo en constante transformación. Acuerdos como el fondo conjunto de 100 millones de dólares firmado entre Alemania y España para resiliencia climática muestran cómo cambian las prioridades globales, y el alumnado trabaja para estos escenarios.
En Derecho combinamos una sólida base teórica con una orientación práctica. El alumnado analiza cómo los nuevos marcos regulatorios afectan a la práctica jurídica. Por ejemplo, ante las sanciones para contenidos no etiquetados como generados por IA, es obligatorio comprender la regulación digital, la protección de datos y la ciberseguridad jurídica. Y el grado en ADE integra finanzas, estrategia y sostenibilidad. Las empresas españolas deberán reportar su huella de carbono desde 2026, lo que exige profesionales capaces de leer datos y entender la regulación ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza).
P. Respecto a la inserción laboral, ¿qué tasas de empleabilidad manejan y cuáles son las salidas más demandadas?
R. Tendremos nuestros primeros egresados precisamente en este curso 2025, por lo que no puedo dar datos propios todavía. Pero las tasas de empleabilidad en estos estudios son muy altas, los datos generales de estas titulaciones hablan de una empleabilidad del 95 % y una tasa de abandono inferior al 2 %. ADE abre camino en gestión y finanzas sostenibles; Derecho forma para abogacía, asesoría jurídica y protección de datos; y Relaciones Internacionales para cooperación y diplomacia. Además, las prácticas gestionadas a través de UPSA Conecta son un puente fundamental.
P. La Universidad Pontificia tiene un sello humanista muy marcado. ¿Cómo se logra transmitir esa filosofía en un entorno 100 % digital?
R. Ese sello está presente en el modo en que acompañamos al estudiante y en cómo enseñamos cada materia. La formación integral no depende del espacio físico, sino de la mirada. En cada asignatura se analiza el impacto social, ético y humano del ámbito que se estudia. La educación no se limita al contenido: forma criterio, responsabilidad y sensibilidad.
P. Actualmente ofrecen tres grados y un máster. ¿Tienen previsto ampliar la oferta formativa a corto plazo?
R. Sí, creceremos, pero siempre con coherencia. Este curso hemos lanzado el Máster de Acceso a la Abogacía y la Procura, muy necesario para nuestros estudiantes. Estamos planificando nuevas especializaciones en tendencias como derecho digital y gobernanza tecnológica, finanzas sostenibles, economía circular o diplomacia digital. También estamos estudiando microcredenciales pensadas para profesionales que necesitan una actualización breve. Nuestro horizonte es ampliar la oferta solo cuando aporte valor y mantenga la identidad humanista y técnica de la UPSA.
P. Por último, ¿cuáles son los principales proyectos de innovación en los que trabaja la facultad?
R. Trabajamos en tres grandes líneas. La primera es la innovación docente, con metodologías activas e integración ética de la inteligencia artificial. La segunda es la internacionalización, fomentando la movilidad virtual y proyectos con universidades de América Latina y Europa. Y la tercera es reforzar el vínculo con el entorno profesional mediante convenios con colegios y empresas. Todo ello responde a nuestro propósito: formar profesionales sólidos y, sobre todo, personas con criterio y ética para un mundo cada vez más complejo.
FOTOS: David Sañudo