La situación de los derechos humanos en Cuba

Maria João Cabrita

Defensora de los derechos humanos

¿Se imaginan vivir en un país donde opinar puede llevar a la cárcel? Esa es la realidad en Cuba, donde la libertad de expresión sigue estando severamente restringida. La represión contra la disidencia persiste: detenciones arbitrarias, censura, represión, vigilancia constante y exilio forzado. «Es inaceptable que las autoridades cubanas continúen utilizando tácticas represivas para silenciar a quienes se atreven a alzar la voz», denuncia Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Las históricas manifestaciones de julio de 2021 fueron un grito desesperado por el cambio en Cuba. Miles de personas salieron a las calles en todo el país para denunciar la crisis económica, los apagones, la escasez de alimentos y medicinas y la represión estatal. En respuesta, las autoridades reaccionaron con violencia, deteniendo de forma arbitraria a cientos de personas sin notificar a sus familiares sobre su paradero. Además, activistas y periodistas quedaron bajo estricta vigilancia.

Es el caso de Saylí Navarro Álvarez, integrante del movimiento de oposición Damas de Blanco, quien a día de hoy sigue privada de libertad en la Prisión de Mujeres La Bellotex, en Matanzas. Saylí fue detenida tras las protestas de julio y condenada a ocho años de prisión por su participación en dichas protestas; desde entonces, ha enfrentado condiciones adversas y represalias en prisión. Le ha sido negada una dieta prescrita por razones médicas, lo que constituye una forma de maltrato al restringir el acceso a cuidados esenciales; además, a su madre se le ha impedido visitar a su hija en prisión por vestir ropa blanca, en referencia al símbolo de su lucha pacífica. Esto son tan solo dos ejemplos de los abusos que sufren los presos en Cuba, quienes, además de ser condenados por motivos injustos, ven vulnerados sus derechos humanos básicos una vez dentro de prisión.

Hasta el año pasado, se han registrado entre 963 y 1113 personas detenidas por razones políticas, y al menos 671 permanecen en prisión por su participación en las protestas del 11 de julio (Amnistía Internacional, 2024). Solo en el mes de abril de 2024, catorce personas fueron condenadas por participar en manifestaciones pacíficas en Nuevitas. El último informe de Amnistía Internacional sobre la situación de los derechos humanos en el mundo (abril de 2024) expone cómo la represión en Cuba continuó con detenciones arbitrarias y juicios sin garantías. Asimismo, la crisis económica agravó la falta de bienes esenciales como alimentos y combustible, debilitó el sistema de salud por falta de personal médico, y generó mayor inseguridad laboral, con despidos injustificados por motivos de opinión pública y restricciones de la libertad de asociación.

Este año arrancó con esperanza para los cubanos. En el marco del Jubileo Ordinario 2025 promovido por el Papa Francisco, el gobierno de la isla anunció la liberación de más de 500 personas, en un intento de mostrar apertura. Paralelamente, la administración de Joe Biden retiró a Cuba de la lista de países que promueven terrorismo, lo que contribuyó significativamente a la excarcelación de presos de conciencia. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia significó un giro en la política exterior estadounidense, pues se volvió a considerar a la isla como patrocinadora de terrorismo, acción que provocó que se pausasen temporalmente las liberaciones. A pesar de que finalmente se completó la excarcelación de los 553 prisioneros inicialmente anunciados, cientos de personas permanecen injustamente encarceladas, la represión no ha cesado y el trabajo de denuncia sigue siendo crucial.

En Amnistía Internacional continuaremos exigiendo la liberación de todas las personas que han sido detenidas y encarceladas por el simple hecho de ejercer su derecho fundamental a la manifestación y a la libertad de expresión. Es fundamental que se respeten los derechos humanos en Cuba, y mientras esta situación persista, no dejaremos de denunciarla.