Un recorrido por las obras que rinden homenaje a la cultura, las tradiciones y los oficios que definen la identidad de la ciudad en sus plazas y calles menos transitadas
Las calles de Salamanca conforman una galería de arte al aire libre que va mucho más allá de sus monumentos y esculturas más célebres. Dispersa por plazas, parques y rincones discretos, existe una valiosa colección de escultura pública que traza un mapa de la identidad, la cultura y las tradiciones de la ciudad durante las últimas cinco décadas. Son obras que, a menudo, pasan desapercibidas para el viandante apresurado, pero que narran historias de artistas, literatos, oficios y valores colectivos.
Este patrimonio, creado en su mayoría entre finales de los años 70 y la actualidad, ofrece una crónica en bronce y piedra de la Salamanca más reciente. Firmadas por escultores de renombre como Agustín Casillas, Venancio Blanco o Amable Diego, estas piezas invitan a redescubrir la ciudad con una mirada atenta, encontrando arte donde habitualmente solo hay tránsito.
Una parte fundamental de este recorrido escultórico rinde tributo al inmenso legado cultural vinculado a Salamanca. El mundo de las letras está ampliamente representado con figuras como la de Góngora, inmortalizado por Severiano Grande en 1994 en la calle Juan de la Fuente, o la de San Juan de la Cruz, obra de Fernando Mayoral inaugurada en 1993 en el Arroyo de Santo Domingo. A ellos se suma Tirso de Molina, cuya escultura, creada por Enrique Orejudo en 1986, preside la Plaza de San Marcos, ‘escondida’ del bullicio de la calle Zamora.
El escultor Agustín Casillas es uno de los nombres clave en este capítulo, con varias obras que exploran diferentes facetas de la creación. En 1976 situó a La Celestina en el emblemático Huerto de Calixto y Melibea. Años más tarde, en 1984, rindió homenaje a la vanguardia artística con su escultura de Pablo Picasso en el parque homónimo y, en 1996, al cante flamenco con la figura de Rafael Farina en el entorno del Palacio de Congresos. El universo musical también tiene su espacio con la pieza dedicada al compositor Gerardo Gombau, obra de Venancio Blanco de 1985 en la Plaza de San Julián.
El carácter y las raíces de la tierra charra son otro de los grandes temas de este museo urbano. La cultura taurina se materializa en la explanada de la plaza de toros con las esculturas de los diestros Paco Pallarés (Salvador Amaya, 2008) y José Falcón (Amable Diego, 1986), que ‘contemplan’ la trilogía de maestros compuesta (de izquierda a derecha) por El Niño de la Capea, El Viti y Julio Robles. Cerca de allí, en la Glorieta a la que da nombre Santiago Martín ‘El Viti’, se erige el imponente Toro de Lidia, una de las obras más tempranas de este conjunto, creada por Gabriel Sánchez Calzada en 1966.
La tradición del campo y sus gentes también está presente. El monumento al guerrillero Julián Sánchez ‘El Charro’, obra de Venancio Blanco de 1986, preside imponente la Plaza de España. Más recientemente, el Homenaje al Campo Salmantino (2005) de María Salud Parada Morollón en la Plaza de Numancia y las figuras del Carnicero y la Verdulera (2017) de Gonzalo Coello en la Plaza del Museo del Comercio dignifican los oficios tradicionales.
La sociedad civil y sus valores también encuentran su lugar. Desde el Monumento a la Familia (1972) de Juan Pérez González en la Glorieta de los Milagros, hasta el Monumento a la Constitución (1980) de José Luis Alonso junto al Palacio de Congresos. La fe y la devoción se reflejan en obras como San Francisco de Asís (Venancio Blanco, 1976), Santa Teresa (Amable Diego, 1981), la Madre Bonifacia (María Salud Parada Morollón, 2014) y la más reciente de todas, el Cofrade (Amable Diego, 2023), que custodia la calle Compañía.
Este conjunto de obras, que se completa con piezas como el Caballero Medieval (Pedro Requejo, 2000) en Vialia o el Desnudo Femenino (Hipólito Pérez Calvo, 1997) en la Plaza de Villar y Macías, conforma un discurso artístico que enriquece el espacio público y merece ser redescubierto.
1. Tirso de Molina. Plaza de San Marcos. Enrique Orejudo (1986)

2. Santa Teresa. Plaza de Santa Teresa. Amable Diego (1981)

3. San Francisco de Asís. Campo de San Francisco. Venancio Blanco (1976)

4. Juan de Austria. Plaza Monterrey. Agustín Casillas (1998)

5. Rafael Farina. Calle Sierpes. Agustín Casillas (1996)

6. Cofrade. Calle Compañía. Amable Diego (2023)

7. Monumento a la Constitución. Vaguada de la Palma. José Luis Alonso Coomonte (1980)

8. Monumento a la familia. Glorieta de los Milagros. Juan Pérez González (1972)

9. Celestina. Huerto de Calixto y Melibea. Agustín Casillas (1976)

10. San Juan de la Cruz. Arroyo de Santo Domingo. Fernando Mayoral (1993)

11. Torres Villarroel. Cuesta de Carvajal. Agustín Casillas (1993)

12. Madre Bonifacia. Gran Vía frente a colegio Siervas. María Salud Parada Morollón (2014)

13. Góngora. Calle Juan de la Fuente. Severiano Grande (1994)

14. Tomás Bretón. Plaza de Bretón. Damián Villar (1982)

15. Gerardo Gombau. Plaza de San Julián. Venancio Blanco (1985)

16. Homenaje al campo salmantino. Plaza de Numancia. María Salud Parada Morollón (2005)

17. Monumento al Empresario. Plaza del Empresario. Gabriel Sánchez (1987)

18. Desnudo femenino. Plaza de Villar y Macías. Hipólito Pérez Calvo (1997)

19. Niños jugando a la pídola. Plaza del Campillo. Diego Cruz

20. Julián Sánchez 'El Charro'. Plaza de España. Venancio Blanco (1986)

21. Carnicero y verdulera. Plaza del Museo del Comercio. Gonzalo Coello (2017)

22. Pablo Picasso. Parque de Pablo Picasso. Agustín Casillas (1984)

23. Caballero medieval. Vialia. Pedro Requejo (2000)

24. Toreros. Explanada plaza de toros La Glorieta
José Falcón. Amable Diego (1986)

El Viti. Narcisa Vicente (2000)

Julio Robles. Salvador Amaya (2002)

El Niño de la Capea. Fernando Mayoral (2003)

Paco Pallarés. Salvador Amaya (2008)

25. Monumento al toro de lidia. Glorieta Santiago Martín 'El Viti'. Gabriel Sánchez Calzada (1966)

26. Diego de Saavedra y Fajardo. Frente a Facultad de Derecho. Venancio Blanco (2023)

27. Busto de Villar y Macías. Parque de Villar y Macías. Vicente Cid (1982)

28. Maternidad. Parque botánico de Huerta Otea. Marino Amaya (2007)

FOTOS: David Sañudo