Viernes, 05 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Rosa Ribas presenta en Salamanca su último libro antes de participar en el Encuentro de Novela Negra de Peñaranda de Bracamonte
X

Los libros son para el otoño

Rosa Ribas presenta en Salamanca su último libro antes de participar en el Encuentro de Novela Negra de Peñaranda de Bracamonte

Actualizado 07/11/2025 12:11

La autora, de larga trayectoria narrativa, llega con la cuarta entrega de sus Detectives Hernández a la librería Letras Corsarias

Hace dos Ferias del Libro, los lectores de Salamanca descubrimos a una autora que, despacio y sin ruido, ha conseguido convertirse en indispensable para todo aquel que se asoma a sus páginas. Y lo hace con una sencillez y una modestia que, en persona, sorprenden al público rendido a una prosa perfecta, resolutiva, no falta de humor y sobre todo, profundamente lúcida. Porque quizás sea ese el único rasgo que respeta del género negro la autora barcelonesa de larga estancia en Alemania: la capacidad de ver la sociedad desde la crítica con una mirada profundamente empática.

Ya lo dijo Padura en la espléndida reseña que le hizo a 'Los viejos amores', la última entrega de una serie que, en contra de sus deseos, no se quedó, por suerte para nosotros, en trilogía. Las andanzas de una familia de detectives, los Hernández, inmersos en la vida cotidiana de un particular barrio barcelonés, Sant Andreu, no tienen nada de convencional. Son seres normales que la autora trabaja con intensidad, incluso que se encuentra por la calle, como relata de forma divertida, todos con sus secretos de familia y su deseo de llevar adelante el negocio, inmersos en la sordidez de lo que queremos ocultar. El corazón de la familia, esa Lola de trastornada brillantez, es el eje en torno al cual gira la particular constelación de personajes que viven una vida cotidiana en la que el lector es empujado suavemente por la autora para justificar ¡Y cómo lo hace, con qué sutileza! la violencia que ejercen en ocasiones los miembros de esta familia “del antiguo testamento, sangre por sangre”.

Rosa Ribas explica, con esa aparente sencillez que parece aplicar a todo, que se sintió obligada a trabajar el tema de las estafas amorosas en el que “las mujeres además, son después de engañadas, motivo de escarnio”. Por eso le entregó el caso a los Hernández, siempre sumidos en sus particulares batallas. El lector de series, deseoso de la familiaridad del ambiente, busca más, quiere evolución pero no cambio, y la autora, bregada en estas lides, lo consigue con creces. Los viejos amores es trepidante, es adictiva, sí, pero también conmueve, nos hace reflexionar sobre los lazos de sangre, los de la comunidad de un barrio pequeño –la acción comienza con el entierro de una vecina- y el deseo de sentirnos queridos y cuidados en medio de esta sociedad hostil sin coordenadas morales.

Traductora, profesora, colaboradora del Instituto Cervantes, Rosa Ribas se inició en la novela con el género histórico para continuar eligiendo el molde policiaco con el que reflexionar sobre los alemanes de segunda generación. Su fantástica Cornelia Weber-Tejedor nos mostró a una autora capaz de llevar el noir a extremos diferentes, pero no contenta con ello, se dispuso a escribir a cuatro manos y dos lenguas la Trilogía de los Años Oscuros junto a Sabine Hofmann. En ella, una periodista muy joven, se enfrenta a la historia sórdida de los años 50 en medio del frío y de la carencia, un trabajo no solo narrativo, sino perfectamente documentado “sin que se vea la documentación”. Recientemente recuperada en un solo volumen por Siruela, merece la pena la lectura de estos años desolados que se unen a la magnífica visión de los ojos de una niña de la posguerra española en Pensión Leonardo, junto a la muy acertada crítica a la locura inmobiliaria en Lejos. Autora ahora de un título infantil, Rosa Ribas no solamente es una perfecta representante de nuestra novela policiaca más original, sino que se muestra, con cada título, diferente, fantástica, dueña de sus dones.

Y el último don que entrega a los lectores, verdaderamente rendidos a su talento, es este Los viejos amores en los que el deseo de afecto y compañía tiñen las páginas para recorrer un fenómeno más común de lo que parece y que sorprende a la autora. De ahí, repetimos, que se lo entregue a esta familia disfuncional de detectives que supuso su regreso a Barcelona, su vuelta a las calles vividas y pateadas. Rosa Ribas tiene esa mirada compasiva y humanista que la acerca a Eugenio Fuentes, pero también, esa inteligencia afilada, esa forma de usar el lenguaje prodigiosa y esa capacidad de leer la sociedad en la que vivimos a través de personajes inolvidables, todo un caleidoscopio que habita en su cabeza. Y que nos regala con un discurso cercano y diferente que tendrán el privilegio de escuchar en Peñaranda en este fin de semana negro. El discurso de un particular pez abisal que nada a contracorriente, Rosa Ribas.

Fotografía: Librería Letras Corsarias.