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Salamanca, un tablero industrial con una treintena de polígonos
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Salamanca, un tablero industrial con una treintena de polígonos

Actualizado 05/11/2025 21:14

CEOE-Cepyme prepara un mapa con los recursos de cada área en una veintena de municipios para atraer nuevas empresas e inversiones a la provincia

La provincia de Salamanca alberga un tejido industrial más extenso y complejo de lo que podría parecer a simple vista. Un total de 33 polígonos se reparten en una veintena de municipios, dibujando un mapa de realidades muy diversas: desde grandes áreas consolidadas que son auténticos motores económicos, hasta pequeñas zonas en desarrollo o, incluso, parcelas que, aunque legalmente designadas como suelo industrial, todavía esperan su urbanización.

El listado de municipios con suelo industrial incluye a Alba de Tormes, Arapiles, Béjar, Cantagallo, Carbajosa de la Sagrada, Carrascal de Barregas, Castellanos de Moriscos, Ciudad Rodrigo, Doñinos de Salamanca, Fuenterroble, Guijuelo, Huerta, Linares de Riofrío, Martín de Yeltes, Pelabravo, Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, Sancti-Spíritus, Santa Marta de Tormes, Los Santos, Villamayor -cuyo polígono es el Parque Científico de la Universidad de Salamanca-, Villares de la Reina y Vitigudino.

Pero la actividad económica se concentra principalmente en varias áreas clave del alfoz de la capital. Estos polígonos no solo aglutinan a la mayoría de las empresas, sino que también reflejan la diversidad del tejido productivo salmantino.

Un puzle industrial con más piezas que municipios

La diferencia entre el número de polígonos y el de municipios se explica por la concentración de varias áreas en una misma localidad, una realidad que a menudo pasa desapercibida. El ejemplo más claro es El Montalvo, que popularmente se percibe como una única gran área, pero que administrativamente se compone de tres fases (Montalvo I, II y III). A esto se suma la particularidad de que la primera de ellas comparte terreno entre Salamanca capital y Carbajosa de la Sagrada, lo que eleva la complejidad del mapa.

De manera similar, Villares de la Reina cuenta con el gran polígono comercial conocido por todos y con otra zona industrial más pequeña y antigua dentro del propio núcleo urbano, cuyo potencial de crecimiento es limitado. Esta situación se repite en otros puntos estratégicos de la provincia como Guijuelo y Ciudad Rodrigo, que disponen de dos polígonos cada uno, mientras que Salamanca capital llega a sumar siete áreas industriales de distinta índole, entre las que se encuentran el polígono de El Tormes, Mercasalamanca, Peña Alta, el Centro de Transportes (Cetramesa), Las Malotas o la plataforma logística Intermodal.

Los gigantes del tablero: El Montalvo y Los Villares

Dos grandes polos destacan por su volumen, número de empresas y especialización, actuando como los principales centros de actividad industrial y comercial de Salamanca. Se trata de los polígonos industriales El Montalvo y Los Villares.

El Montalvo, considerado uno de los principales motores económicos del sur de Salamanca, se extiende entre la capital y Carbajosa de la Sagrada y se estructura en las mencionadas tres fases. Es un ejemplo de área diversificada y consolidada, con más de 135 hectáreas y más de 600 empresas; su sector de actividad es muy variado, con fuerte presencia de empresas de logística, manufactura, comercio y servicios.

El polígono Los Villares, ubicado en Villares de la Reina, destaca por su marcado carácter comercial y por ser el que mayor número de empresas concentra en la provincia, con cerca de 800. Su perfil incluye una alta concentración de concesionarios de vehículos, grandes superficies de muebles, bazares y una amplia oferta de restauración. Aunque su ocupación es alta, desde CEOE-Cepyme se asegura que “sigue habiendo sitio en todos los polígonos”, tanto con parcelas sin edificar como con naves ya construidas pero sin uso, en parte gracias a las ampliaciones periódicas que se acometen para poner más suelo a disposición de las empresas.

Una radiografía de recursos para atraer inversión

Para ordenar este mapa, analizar su potencial y, sobre todo, convertirlo en un imán para nuevas inversiones, CEOE-Cepyme Salamanca ha puesto en marcha un ambicioso proyecto. El objetivo es claro y estratégico: ofrecer a las empresas que buscan un lugar donde instalarse una radiografía precisa de cada polígono. Así lo explica Alberto Fiz: “El proyecto consiste en hacer un mapa donde las empresas futuras puedan ver qué suelo hay disponible y, sobre todo, qué recursos o qué ventajas tiene cada polígono”.

Esta actuación, enmarcada en un plan concedido por la Junta de Castilla y León a CEOE Castilla y León y que ejecutan todas las patronales provinciales, se materializará en un portal web que se espera esté finalizado entre 2025 y 2026. El gran valor añadido de esta herramienta residirá en el nivel de detalle, ya que, como decisión propia que busca la máxima exhaustividad, el equipo de CEOE Salamanca se ha comprometido a “visitar todos los polígonos” para recabar datos de primera mano.

El análisis se centra en variables críticas para cualquier compañía, como la potencia eléctrica, los recursos hídricos, los accesos o la cobertura de fibra óptica. “Todavía nos sorprende que hay sitios que no tienen ni cobertura”, admite Fiz. La idea es que una empresa pueda filtrar su búsqueda según sus necesidades. “Imagínate una empresa de ciberseguridad donde te digan que no tiene una instalación estable de fibra. Pues no se van a poder ir”, ejemplifica.

El mapa permitirá a cada compañía encontrar el polígono que mejor se adapte a sus requerimientos, ya sea por necesitar un gran caudal de agua -”si andan mal de agua en el municipio, no se puede ir allí si en verano le van a cortar el suministro”- o la seguridad de que la red “está preparada para absorber esa energía” si planea instalar placas solares para vender el excedente. “Son pequeñas cosas que al final pueden decantar la balanza”, subraya.

El análisis se centrará solo en las infraestructuras, dejando deliberadamente fuera el precio del suelo. Alberto Fiz aclara que este dato no se incluirá porque “no depende de la administración ni de nadie”, sino que responde a la oferta y la demanda del mercado privado, “como si fuese un piso”. La recopilación de datos, no obstante, presenta dificultades. “Es complicado, porque tienes que buscar primero al dueño del polígono, que no siempre es el ayuntamiento, a veces es una gestora”, comenta.

Poner en valor cada área

El proyecto también busca identificar y potenciar las llamadas ‘empresas tractoras’, aquellas que por su tamaño y actividad atraen a otras compañías auxiliares. “A cualquier pueblo le encantaría recibir una empresa grande. Sabe que detrás de la grande vienen otras pequeñas”, destaca, describiéndolo como un escenario “ganar-ganar” que fija población y genera riqueza.

Para Fiz, la existencia de una oferta amplia es una ventaja competitiva para la provincia, ya que fomenta la competencia y evita un “monopolio” en el precio del suelo. “Si hay varias opciones, tú elegirás la que más te convenga”, explica, asegurando que es fundamental que las empresas puedan elegir.

El fin último de esta herramienta no es crear un ranking, sino poner en valor las características de cada área para atraer inversión externa o facilitar la expansión de empresas locales. “Nosotros lo que vamos a hacer es destacar los puntos fuertes de los polígonos. No es que ocultemos puntos débiles, pero tampoco queremos perjudicar a ningún municipio”, concluye Fiz.

Una herramienta que puede ser un factor decisivo para que una compañía, en lugar de mirar a otras provincias, ponga definitivamente “el ojo en algún polígono de Salamanca”.