Homenaje de Estado

España entera se ha volcado sentimentalmente con las familias en el “Homenaje de Estado a las víctimas de la DANA”, celebrado el miércoles 29 en la Ciudad de las Artes y las Ciencias valenciana. Justo cuando se cumplía un año de aquel trágico 29 de octubre del 2024 en que unas devastadoras riadas causaron 237 víctimas mortales (229 en la provincia de Valencia, siete en las de Albacete y Cuenca y una en Málaga) víctimas que arrastran tras de sí otras tantas historias.

Además de las cuantiosas pérdidas de vidas humanas, la tragedia de aquella DANA (acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos) afectó a centenares de familias y miles de personas, así como a cuantiosos daños materiales.

El 9 de diciembre de 2024 ya celebró una misa funeral por las víctimas de la DANA en la catedral de Valencia, a la que asistieron los Reyes de España, varios miembros del Gobierno, autoridades valencianas y algunos representantes de partidos políticos, junto con unos 400 familiares de las víctimas. Alguien se refirió a aquel evento como un funeral de Estado. Funeral sí, con todo el rigor, protocolo eclesiástico y sentimiento requerido, ateniéndose así a la propia definición que de “funeral” nos da la Real Academia de la Lengua (RAE) refiriéndose a él como algo “Perteneciente o relativo al entierro y a las exequias”, pero no de Estado.

Viene a colación lo que acabamos de decir porque al acto celebrado el miércoles 29 se le cita por algunos medios de comunicación, articulistas y tertulianos como Funeral de Estado, Funeral laico de Estado o como Homenaje de Estado, con la consiguiente confusión para los ciudadanos. Nosotros nos referiremos al citado acto como todo un Homenaje de Estado a las víctimas de la DANA, que nos parece lo más apropiado.

Lo llame cada cual como lo llame, lo importante y sustancial de esta conmemoración, es que el evento fue un Homenaje de Estado, de todos, presidido por los Reyes, con asistencia del presidente del Gobierno, ministros y otros altos cargos (180 autoridades) y 90 medios de comunicación acreditados, acompañando y arropando a 625 familiares de las víctimas.

Un acto definido y marcado por un minuto de silencio del recuerdo, por la excelente conducción de Lara Siscar como maestro de ceremonias, con la solemne lectura y nombramiento de todas y cada una de las personas fallecidas, el discurso familiar de tres representantes de las víctimas y el del Rey Felipe VI.

Locuciones todas ellas que hacían aflorar los sentimientos, poner la piel de gallina y correr por las mejillas lágrimas de dolor, máxime, cuando junto al pronunciamiento del nombre de alguna de las víctimas sus familiares levantaban la foto de la misma, de sus seres queridos que se los llevó para siempre la crecida. Cada nombre de una víctima forma parte de una memoria colectiva que es de todos. Algo conmovedor, tanto para los asistentes al acto como para los televidentes.

Virginia Ortiz Riquelme, una de las intervinientes en el acto que perdió a su primo Juan Alejandro en el pueblo albaceteño de Letur, recordó que "La mayoría de nosotros solo queremos vivir en paz. Quien omite su deber es quien comete el acto primigenio que deriva en las muertes", que tomen nota de ello los políticos que tienen la responsabilidad de proteger y dar seguridad a la población, estando donde deben estar en cada momento.

La ofrenda floral de Felipe VI y Leticia sobre el pebetero central en el que 237 rosas blancas se erigían representando a la vida de otros tantos seres humanos que se los llevó la corriente apartándolos de sus seres queridos, fue otro de los momentos de sublime emoción y recuerdos compartidos, antes de comenzar el minuto de profundo silencio en homenaje y conmemoración a las víctimas que aquel 29 de octubre de 2024 perdieron su vida.

No podía faltar, y no faltó, el reconocimiento a la fortaleza y entereza de los familiares, a los funcionarios y profesionales, por su profesionalidad; a los voluntarios, ejemplos de sacrificio; a la sociedad en general que se volcó en la ayuda, compartiendo el sufrimiento y el dolor desde la más desinteresada solidaridad.

Las notas musicales a cargo de la valenciana María Bertomeu interpretando “Mon Vetlatori” una bella canción sobre la pérdida, el amor y la memoria; “El Cant dels Ocells (El canto de los pájaros) de Pau Casals y Concierto de Aranjuez Adagio, de Joaquín Rodrigo, interpretados por la orquesta de Radio Televisión Española (RTVE) pusieron la banda sonora y contribuyeron a la solemnidad y emoción de tan singular Homenaje de Estado a las víctimas de la DANA.

Un año después del fatídico día 29 de octubre de 2024, el barro ha sido retirado de la mayoría de las calles de la provincia valenciana, pero aún queda mucho por hacer. La Generalitat valenciana presupuestó 2.364,3 millones de euros para financiar la reconstrucción en 2025, pero a la altura del mes agosto y según datos oficiales, todavía no había usado el 74 % de esa cifra. El Gobierno central lleva empleados en la recuperación del desastre 8.013 millones, el 48 % de los 16.600 millones de euros que movilizó. Por otra parte, y según datos de Cruz Roja, la recaudación popular para la reconstrucción de la DANA ha sido de 112,5 millones de euros, aportados por particulares en un 51 %, fundaciones y empresas con el 47 % y administraciones públicas con un 2 %. Dentro de otras iniciativas, cabe mencionar la donación de más de 135.000 euros por Cáritas de Ávila, evidencias de la solidaridad.

Más allá del Homenaje de Estado y de las inversiones hechas para la recuperación, queda pendiente la reconstrucción humana y social. Las víctimas y los supervivientes necesitan verdad, justicia y reparación, sin demoras.

Escuchemos “El cant dels ocells” (El canto de los pájaros) de Pau Casals:

https://www.youtube.com/watch?v=COR3lMXKAfg

Aguadero@acta.es

© Francisco Aguadero Fernández, 31 de octubre de 2025