La creatividad de Peñaranda vuelve a buscar el reconocimiento nacional con una propuesta que fusiona memoria y vanguardia. El chef Helio Flores, de Los Álamos Gastrolab, transforma un tradicional guiso de arroz con liebre en una sorprendente tableta de turrón de chocolate para competir en Valladolid el 10 y 11 de noviembre en el Certamen Nacional de Tapas, una creación que celebra tanto la tradición culinaria como el espíritu innovador de su tierra.
La inspiración, según explica el propio Flores, nace de la imagen de una tableta de turrón para reinterpretar un plato de caza profundamente arraigado. "Arroz aquí no tenemos, liebre tenemos mucha caza, pero sí que encontramos lo que es la visión del cazador", detalla el cocinero. La tapa busca evocar el ambiente de las antiguas posadas y tabernas, donde los guisos se compartían entre amigos, un espíritu que define la esencia del tapeo.
Para Flores, esta forma de entender la cocina tiene un componente social fundamental. “Al final, la cocina, la gastronomía y, sobre todo, el mundo de las tapas, se disfrutan más las tapas entre amigos que la gastronomía y la cocina entre amigos”, subraya, defendiendo el carácter interactivo y cercano de su propuesta.
Un homenaje a la creatividad de Peñaranda
Esta creación es también un tributo a su localidad, Peñaranda, un lugar que el chef define con una sola palabra: creatividad. Para Helio Flores, su tierra es un motor de ingenio y progreso, un sentimiento que ha querido reforzar con una primicia que acompañará a la tapa. El coro de niños de Peñaranda pondrá voz a un villancico, convirtiéndose en “un reflejo de lo que es Peñaranda, que es unión, que es al final progreso”.
En sus palabras, la identidad de la localidad es clara: “Peñalanda es creativa. Peñalanda es creativa”, una afirmación rotunda que suena a legado y que impregna cada detalle de su participación en el concurso. La unión de la gastronomía con la música local refuerza el mensaje de una comunidad que avanza a través del talento y la colaboración.
Un nuevo ciclo en la alta competición
Con esta potente propuesta, Helio Flores ha desvelado también que su participación en el concurso de este año marca el inicio de una nueva etapa. “Creo que es mi último año y daremos paso al enano”, ha confesado con orgullo, anunciando su intención de ceder el testigo a la siguiente generación de cocineros de su equipo. Aunque reconoce el desgaste de la alta competición, lo afronta como un reto y una alegría.
El chef es consciente de las dificultades que entraña un certamen de este nivel y advierte a su sucesor de que el camino no es fácil: "Se va a llevar muchos berrinches, porque no va a entrar ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera". Sin embargo, sus palabras reflejan la exigencia y la pasión de un mundo en el que cada logro, por pequeño que sea, es una inmensa satisfacción. Con esta tapa, Helio Flores no solo compite, sino que celebra una trayectoria y abre la puerta al futuro de la cocina peñarandina.