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FOTOS | Largas colas, sonrisas y lágrimas en el último y 'dulce' adiós a Berretes: "Gracias por ser los clientes más bonitos del mundo"
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FIN DE UNA ETAPA

FOTOS | Largas colas, sonrisas y lágrimas en el último y 'dulce' adiós a Berretes: "Gracias por ser los clientes más bonitos del mundo"

Actualizado 11/10/2025 13:00

La pastelería inclusiva Berretes cierra definitivamente tras cuatro años de actividad. La despedida se ha concebido como una celebración, una 'desinauguración', que ha congregado largas colas de clientes para dar su último adiós al emblemático proyecto.

Salamanca se despide este sábado de uno de sus proyectos comerciales y sociales más queridos. La pastelería Berretes baja la persiana para siempre, y desde primera hora de la mañana una larga cola de clientes fieles ha querido rendir su particular homenaje asegurándose los últimos dulces y mostrando su cariño en esta jornada final. En la fachada del establecimiento han colgado una pancarta que rezaba de la siguiente manera: "Gracias por ser los clientes más bonitos del mundo. Berretes cierra sus puertas, pero no se acaba lo que ha significado: muchos gochos unidos por la inclusión. Volveremos a vernos seguro, Salamanca".

Su fundadora, Blanca Hernández, pone fin a una trayectoria que ha dejado una profunda huella en la ciudad. Berretes no era solo una pastelería, sino un reconocido proyecto de inclusión que se convirtió en un referente para muchos salmantinos. El cierre llega tras una decisión "muy meditada" por su creadora, quien ha enfrentado obstáculos como la burocracia, la dificultad para encontrar personal y, de manera destacada, el altísimo coste personal que suponía mantener el proyecto a flote.

Una "desinauguración" para celebrar

Lejos de ser un funeral, la despedida ha sido concebida como una fiesta, una “desinauguración”. La propia Blanca Hernández lo explicaba así en una entrevista concedida esta semana a este medio: “Queremos que sea algo divertido, algo bonito. Los cuatro años hemos estado dando guerra y haciendo lo que nadie hace, y en la despedida también queremos hacerlo así”. Durante toda la jornada se han dado cita los clientes más asiduos para brindar, compartir recuerdos y, como muchos han hecho desde la apertura, hacer acopio de sus dulces favoritos para congelar y alargar un poco más su sabor.

El horno de Berretes se apaga, pero el calor de su recuerdo permanecerá en Salamanca. La ciudad no solo despide hoy a una pastelería, sino a un refugio de inclusión, a un proyecto valiente que demostró que los negocios pueden tener alma. La "desinauguración" de este sábado no es un final, sino la celebración de una huella imborrable.

El sabor de sus dulces quedará en la memoria de quienes hicieron cola para el último bocado, pero su lección de coraje y humanidad, impulsada por Blanca Hernández, perdurará en el corazón de la ciudad. Berretes baja la persiana, pero su espíritu deja una puerta abierta a la esperanza.