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Salud Comunitaria: dónde, cómo, quiénes...
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Salud Comunitaria: dónde, cómo, quiénes...

Actualizado 13/09/2025 08:56

Según le veía a mi compañero y amigo Rafa la viñeta de Quino que ilustra esta columna, nuestra compañera y amiga Laura nos enlazaba a Carmen y a mí una noticia acerca de una reciente campaña sindical en Castilla y León para solicitar una ley de enfermería escolar. La simultaneidad casual me hizo conectarlas de alguna manera para escribir cuatro letras sobre mi particular visión de la salud comunitaria.

Por otra parte, el diagnóstico demoledor del médico del padre de Libertad, la amiga de Mafalda, podría valer sin más palabras: normalidad. Y no, no estamos hablando con ello de ignorar la enfermedad mental, sino de desmedicalizar el sufrimiento humano, que es inherente a la existencia, y demanda más presencia que farmacia en la mayoría de los casos.

Me había puesto Rafa en la cabeza la palabra “desmedicalizar” cuando el enlace de Laura me llevó a pensar en si no se trata de “enfermerizar” los centros escolares al incluir en su elenco de profesionales a uno de la Enfermería. Es fácil encontrar bibliografía sobre el asunto, y como muestra enlazo este artículo, partidario, firmado por varias enfermeras leonesas.

No discuto que suenan muy bien, en fondo y forma, la promoción de hábitos saludables entre el alumnado (y toda la comunidad educativa, aunque somos conscientes de que los padres participamos menos) o la detección precoz de problemas de salud. La eventual capacidad de reacción ante urgencias, que obviamente un enfermero afrontaría con mejor preparación que un docente, creo que no puede ser un parámetro a considerar, en términos de justo reparto de los recursos.

Sin embargo, ¿no son precisamente esas labores de prevención y promoción de la salud las propias de los Equipos de Atención Primaria? Y no se trata tanto de que los profesionales de Enfermería y Medicina nos instalemos en los distintos ámbitos comunitarios, como puede ser un centro escolar, sino de que los conozcamos y nos conozcan, de modo que el resto de miembros de la comunidad, o al menos un número significativo, estén sensibilizados y de algún modo formados en el cuidado de la salud.

Quizá una enfermera trabajando a jornada completa en un colegio o en un instituto pueda realizar una gran labor en este sentido, y seguramente la familia de un niño diabético o con alguna alergia grave lo deje más tranquilo en clase, y sus profesores también lo estén. Es más, si la enfermera pudiera trabajar en equipo con un médico, lo haría mucho más segura, igual que yo lo estoy cuando trabajo en equipo con una enfermera, pues nos complementamos y nos ayudamos.

Sin embargo, en el planteamiento de conjunto de la salud comunitaria, me decantaría por una coordinación más general entre centro escolar y centro de salud, con el objeto de que el propio centro escolar sea también un centro de promoción de la salud, pero no por delegación de funciones en el enfermero escolar sino por convencimiento de la comunidad educativa. Esto no impide presencias puntuales de los sanitarios en las aulas, pero la voz cantante debe conservarla el docente. Desde nuestro Equipo de Atención Primaria, en Alcañices, hemos tenido ocasión de experimentarlo en los campos de la salud afectivo-sexual y del soporte vital básico (primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar), tanto en nuestro colegio de primaria como en el instituto de secundaria.

La atención más personalizada del paciente escolarizado, con su situación concreta y sus necesidades particulares, debería trabajarse no ya con el centro de salud al que corresponda el centro escolar, aunque se cuenta con él para que esté sobre aviso llegado el caso, sino con sus propios médico y enfermero de cabecera. Digo médico y no pediatra, pero eso daría para otra columna.

Por último, una paradoja en la gestión sanitaria y el desarrollo de las especialidades enfermeras: ¿no llama la atención la reivindicación de la enfermería escolar mientras parece bastante tímido el fomento de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria?, ¿en qué puede afectar que se haya dejado de requerir la de Medicina Familiar y Comunitaria para trabajar en los centros de salud?

Quizá la paradoja sea la nueva normalidad. Y tampoco hay píldoras. Como no las hay contra los mocos que ya han celebrado su particular "vuelta al cole".

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